No es la primera vez ni será la última, van cinco, que el Papa Benedicto XVI decide enfrentar con humildad y decisión algunos de los presuntos casos de abusos de sacerdotes contra menores.
Lo ha hecho en Estados Unidos, en Irlanda y ahora lo afronta en Alemania, donde está de visita oficial. Acompañó a las familias de algunas víctimas, pero sobre todo a los fieles católicos que llevan el mensaje de solidaridad, respeto y amor que está en el Evangelio.
El Sumo Pontífice hizo nuevas muestras de tolerancia y apertura de la Iglesia e invitó a los miles de musulmanes en Alemania "a hacer un esfuerzo para conocerse y entenderse mejor", en especial para caminar juntos en los valores que más los unen, como son los de la familia.
El fervor por el Papa fue tal que llenó el estadio Olímpico de Berlín, donde se congregaron 70.000 personas, la mayoría inmigrantes.
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