La reforma financiera, aprobada hace una semana en el Congreso, puso fin a la disputa histórica entre dos sectores que se mueven alrededor de la muerte.
Las empresas de servicios funerarios y las aseguradoras del país habían librado por años una pelea que quedó zanjada en el Congreso, con triunfo para las funerarias.
La reforma prohíbe que las aseguradoras expidan pólizas pagaderas en especie, es decir, con el servicio exequial. Y, con ello, autoriza a las empresas de servicios exequiales a ofrecer contratos prepagos mediante una prima mensual.
Lo que las funerarias denominan “previsión”, para las aseguradoras se llama “seguro”, pero en la práctica, persiguen lo mismo: que una familia no tenga que atravesar por el trance de desembolsillar los millones que pueden costar las exequias de un ser querido.
La libre competencia
La presidenta de Confecoop, Clemencia Dupont Cruz, afirmó que la ley aprobada viola las normas de libre competencia y afecta gravemente a entidades de naturaleza cooperativa.
La directiva afirma que los más afectados son los usuarios, pues “ante la muerte de un ser querido deben preocuparse también por los recursos para pagar los servicios funerarios y luego hacer toda la tramitación ante las aseguradoras para reclamar la indemnización”.
Clemencia Dupont explica que los convenios existentes entre los aseguradores y las empresas funerarias eran convenientes y permitían la integralidad en el servicio que requiere el doliente.
Ella asegura que los debates en el Congreso tuvieron un fuerte lobby por parte de las empresas funerarias, lo cual, aseguró que la reforma les fuera favorable.
Armando Franco, presidente del Comité Nacional Funerario, lo confirma. “Dicen que hicimos lobby, pues sí. Tuvimos que hacerlo porque nos estaban sacando del mercado. Eso fue parte de una estrategia para defender nuestra sostenibilidad y nos acercamos al poder político”.
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