Ya comienza a 'calentarse' el ambiente para las elecciones regionales y locales de octubre próximo y es normal que así sea por las implicaciones que las mismas tendrán para los diversos actores políticos y para el propio Gobierno.
Empecemos por el Gobierno, si bien para cuando se realicen el presidente Santos sólo llevará un año largo de gestión. Sin embargo es probable que las mismas sean una especie de test de la aprobación que la misma está teniendo dentro de los colombianos -parecido a las elecciones de mitaca existentes en sistemas políticos donde la Cámara baja tiene períodos diferentes al Senado-. Por lo tanto no pueden ser un hecho indiferente para el Gobierno Nacional.
En principio uno podría esperar que la coalición de 'unidad nacional' conformada por el presidente Santos tratara de reproducirse a nivel regional y local donde más pudiera, quizá adelantando consultas previas entre precandidatos de los distintos partidos o llegando a mecanismos de acuerdos regionales.
Pero todo parecería indicar que la coalición de Gobierno sólo se mantendrá a nivel nacional y que en las elecciones regionales se va a dar es una medición de fuerzas dentro de la propia coalición; de un lado, el Partido de la U y el Partido Conservador, expresando la opinión más de derecha y, del otro lado, los partidos Cambio Radical y Liberal, representando la tendencia más de centro.
Pero no parece ser la anterior medición de fuerzas la única esperable, pues pareciera que en el interior de los partidos de la coalición, especialmente en la U y conservadores, se medirán los sectores más pro uribistas y los pro santistas de los mismos para ver quién predomina en el balance interno de fuerzas y finalmente si se consolida el liderazgo indiscutible del presidente Santos.
El Partido Verde, que por ahora sigue siendo una expectativa nacional, y que para algunos ha sido una especie de desencanto, tiene el desafío no sólo de obtener las cinco gobernaciones que han dicho sus directivos, sino de lograr importante presencia en regiones emblemáticas -Bogotá y Antioquia-.
Y en ese sentido el caso paradigmático será el de Sergio Fajardo y su candidatura a la Gobernación de Antioquia, pues se enfrentará un exalcalde de Medellín con gran apoyo en esta ciudad y una fuerte coalición de conservadores y la U. Es probable que en Antioquia, como se ha dicho, haya una coalición 'verde-roja', con la dupla de Aníbal Gaviria a la Alcaldía y Sergio Fajardo a la Gobernación y seguramente con el apoyo de Cambio Radical. Lo cual plantea una dura disputa.
El Polo Democrático, todo indica, seguirá retrocediendo como fuerza política, lo cual es lamentable. El desprestigio que se ha derivado de los cuestionamientos a la administración de Bogotá y sus disputas internas indicarían un retroceso de este partido. Igualmente el reto es si Gustavo Petro y su Corriente Democrática -o como se denomine-, logra consolidarse como una nueva fuerza política nacional o solamente será parte de coaliciones locales y regionales.
El cuestionado Partido PIN buscará consolidar su presencia en aquellos departamentos donde ha tenido mayor caudal de votantes, Santander y Valle -tratará de disputar la gobernación departamental- y algunos municipios de las costas Atlántica y Pacífica. Un interrogante es saber en qué medida los electores castigarán o no a los políticos, o sus herederos, vinculados a la parapolítica y qué tanto intervendrán los actores ilegales, armados o no, que en el pasado han apoyado copamientos mafiosos de poderes locales o regionales.
Adicionalmente, las fuerzas políticas nacionales se van a tener que medir en algunos municipios y quizá departamentos, con coaliciones políticas regionales que pueden dar sorpresas.
Los ciudadanos tenemos la gran responsabilidad de elegir buenos gobernantes para nuestros departamentos y municipios y hacer valer de esa manera nuestro voto.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6