El embarazo de niñas y adolescentes es de tal magnitud en Antioquia, que con las 164.329 mujeres entre 10 y 19 años que quedaron en estado de gravidez en el período 2005-2011, se podría poblar un municipio del tamaño de Rionegro. Y hasta uno dos veces mayor, si se contabilizaran los bebés a los que les dieron vida.
Así se colige de las cifras que viene utilizando el gobierno departamental de Sergio Fajardo Valderrama, para diseñar y refinar las estrategias con las que se enfrentará uno de los fenómenos sociales y culturales que más inquietan al mandatario seccional: los embarazos en adolescentes o tempranos.
Su preocupación es comprensible. Los datos aportados por su Dirección de Salud, revelan que en los últimos siete años se registraron en Antioquia 646.364 embarazos. De este número, 156.327 correspondió a mujeres con edades entre 15 y 19 años.
Eso de por sí es llamativo, pero la alerta es mayor cuando se aprecia que en el rango de 10 a 14 años se encontraban 8.002 mujeres. Eso equivale a más de dos veces la población del municipio de Alejandría, o una comunidad más grande que la que forman los residentes de Belmira o la de Maceo.
Con un agravante, destacado por Neida Elena García y Luis Enrique Sohm, funcionarios de la Secretaría de Infancia y Adolescencia de la Gobernación de Antioquia: de acuerdo con la Ley 1098 de 2006, estos embarazos de mujeres entre 10 y 14 años implican que se ha cometido un delito de abuso sexual, así las menores hubieran consentido la relación. El escollo está en que no hay denuncias.
Las razones por las cuales se presentan los embarazos tempranos son muy variadas, como lo anota Ángela María Castañeda Naranjo , líder del Proyecto de Salud Sexual y Reproductiva del Departamento de Antioquia.
Una, de mucho peso, remite a las abuelas y bisabuelas, que se casaban e iniciaban a edad muy tierna su vida sexual y reproductiva.
Más allá están los atropellos y abusos sexuales de las menores por parte de sus propios familiares.
Súmele las agresiones por parte de actores armados legales e ilegales, el comercio sexual y hasta las relaciones que se tejen con los ejércitos flotantes de trabajadores que se forman cuando se ejecutan obras de infraestructura.
Todos, por igual, deben cobrar conciencia de que mujeres tan frágiles en su parte física, fisiológica y emocional no deberían iniciarse en forma tan precoz en la sexualidad. Y, mucho menos, estrenarse como madres cuando todavía son niñas.
Una amenaza, real, de esta población tan vulnerable, son las infecciones de transmisión sexual. Y otra, más letal, son los riesgos obstétricos que comprometen la vida de las jóvenes madres y de sus criaturas en gestación.
Compromiso de Gobierno
Al decir de Ángela María Castañeda Naranjo, la dimensión de este problema social llevará a que la Gobernación de Antioquia trabaje en el cuatrienio para inculcar en la comunidad un mensaje de cero tolerancia frente a los embarazos de niñas entre los 10 y 14 años.
Para ese camino que se va a recorrer hay una señal alentadora. En 2005 se contabilizaron en Antioquia 100.666 embarazos, de los cuales 1.154 fueron de niñas y adolescentes de 10 a 14 años y 23.247 de jóvenes con edades entre los 15 y los 19 años.
Siete años más tarde, el número total de embarazos disminuyó en el departamento hasta los 79.010.
Este descenso significó que Antioquia pasó de tener 275 embarazos por día, a 216, confirmando con ello el descenso de la tasa de natalidad y la tendencia a conformar familias menos numerosas.
Los registros oficiales muestran que los embarazos de mujeres de 10 a 14 años fueron 1.036, o sea 118 menos que en 2005.
La tendencia también cobijó al grupo de 15 a 19 años, pues en 2011 se contabilizaron 19.336, que cotejados con lo sucedido siete años atrás representan una disminución de 3.911 embarazos.
Medellín, que concentra el grueso de la población departamental, es también la zona con mayor número de casos de embarazos tempranos: 7.365 en 2011, de los que el 96 por ciento son de mujeres entre 15 y 19 años; el 4 por ciento restante es de pequeñas con escasos 10 y 14 años. Sin embargo, el cuadro cambia cuando se miran esos números en función de la población femenina de cada municipio o subregión.
Bajo esa perspectiva, Urabá emerge como la subregión con mayor presencia de embarazos tempranos.
En el grupo de edad 15 a 19 años su tasa es del 98,3 por cada 1.000 mujeres.
Le siguen el Bajo Cauca, con su tasa del 97,3; el Magdalena Medio, con 86,8; y el Nordeste, con 79,5.
Sergio Fajardo le confirmó a este diario que en esas subregiones se hará un particular énfasis durante su mandato, pero también se procurará extender la atención a todos los municipios antioqueños. La Gobernación no estará sola en este empeño. De hecho hay un marco de política nacional, contemplado en el Conpes 147 de 2012, que le apunta a la prevención del embarazo en la adolescencia y a la promoción de proyectos de vida para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en edades entre 6 y 19 años.
Allí puede leerse que el embarazo temprano es un problema de tipo social y también de salud pública, cuya atención mejora los índices de desarrollo humano.
Entre los estudios que cita el Conpes hay uno, de Family Care, con este mensaje que debe poner en alerta roja a los padres de familia: "los adolescentes creen que la sexualidad es algo cotidiano, personal, íntimo, en la que nadie debe intervenir, sobre todo los adultos, y por lo tanto es algo de lo que no hay que estar hablando constantemente". Por eso mismo, "los jóvenes y las niñas se asesoran mutuamente, porque prefieren hablar entre ellos que con los adultos, pero también les llega lo que les da el colegio y la familia". Eso no es como para que los padres se olviden del asunto. Al contrario, es para que estén más pilosos y serios.
Serio también es el consejo final que da Ángela María Castañeda Naranjo: Los hombres deben pensar bien en las obligaciones que tienen. Cada uno de los 365 días del año, o 366 en los bisiestos, pueden embarazar a sus compañeras, que son fértiles en 12 semanas del año. Frases como "me imagino que ella planifica" no riman para nada con el ejercicio de una sexualidad responsable.
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