La muerte ayer de dos tibetanos que se prendieron fuego el pasado sábado en la provincia china de Qinghai elevó a catorce el número de inmolaciones en los últimos doce días, informó la agencia tibetana Phayul .
Shangdad Tsering , de 24 años y padre de un niño de tres, se quemó frente a una oficina del Gobierno provincial horas después de que la mujer taxista Chagmo Kyi falleciese en la ciudad de Rongwo al inmolarse a las puertas de otra sede gubernamental.
Según testigos, las autoridades chinas prohibieron a los ciudadanos tibetanos visitar a las familias de vecinos inmolados, para impedirles mostrar sus condolencias, y cerraron además varios monasterios.
Un tibetano en el exilio agregó que miles de ciudadanos se congregaron en el lugar donde Tsering se prendió fuego para trasladar su cuerpo a un monasterio cercano.
Agregó que el tibetano fallecido había manifestado varias veces su frustración por la falta de libertad en el Tíbet, y reclamado también el regreso del Dalai Lama , el líder espiritual tibetano exiliado en Dharamsala, India.
El líder espiritual dijo ayer que la situación es "seria" y que "tanto si el Gobierno chino está de acuerdo como si no, hay problemas que no son buenos ni para los tibetanos ni para la población china, por lo que habrá que buscar una solución basada en el mutuo entendimiento".
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