Están todos. El King Julien, Marty la cebra, Gloria la hipopótamo, Melman la jirafa, los pingüinos y los demás que están en la película, pero que ahora bailan en el escenario, con sus cuerpos flacos o rechonchos. Con su historia mágica, que se canta.
Esta historia de Madagascar no se cuenta con palabras y no hay una pantalla, ni una cuarta pared, que separe. Este Madagascar es un musical, al estilo Broadway, dicen ellos, donde los personajes se pueden tocar, porque a veces, de pronto, aparecen entre el público, para bailar juntos.
"Madagascar es un lugar impresionante, donde hay mucho color, muchas frutas, muchas plantas y nos encanta mover el bote y divertirnos todo el día. Si te gusta cantar, si te gusta bailar, si te gusta mover el bote, Madagascar es el lugar ideal. Así es Madagascar, así", explica, con su voz rápidísima, el King Julien, "rey de todo lo que hay, etcétera, etcétera, etcetera y amén".
El musical de Madagascar está basado en la primera película, con una historia completa, adaptada al formato: Marty en el zoológico, preguntándose qué habrá más allá. El escape, el viaje en metro, la llegada a Madagascar y luego lo que pasá allí.
El Pingüino: "Llegamos en búsqueda del lugar ideal para vivir y nos encontramos con el King Julien y todos nuestros amigos y empezamos a bailar el bote todo el día y todos los días. Es un lugar increíble".
Una hora y cincuenta minutos viendo y escuchando a estos personajes, en medio del juego de luces, del cambio de escenografía, de la tecnología que promete una producción llena de emociones.
"Es algo diferente. Lo vas a disfrutar. Es un musical en vivo, en español, para todas las edades", explica Alejandro Castillo, el coordinador.
La promesa es divertirse con estos personajes que tienen su historia y su voz. El King Julien lo sabe mejor: "venir porque a todo el mundo le gusta bailar el bote y es un lugar ideal para pasarla divertido".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
