Cuando los corregimientos Bolombolo (del municipio de Venecia) y Peñalisa (Salgar) empezaban a sacudirse un poco de las inundaciones que habían sufrido desde el viernes y el sábado anterior, que los obligó a evacuar varias casas y a alojarse en albergues y en carpas y plásticos al aire libre, de nuevo los ríos se crecieron y esta vez con una fuerza mucho más descomunal, anegando prácticamente la totalidad de los dos sitios.
La desgracia empezó en Peñalisa cuando a las 2:00 de la madrugada de este miércoles los ríos San Juan y Cauca incrementaron su caudal y penetraron hasta las viviendas, en muchas de ellas hasta los techos, arrasando con enseres, camas, colchones y todo lo que había en ellas.
La advertencia con anterioridad de que algo así podría suceder posibilitó que nadie saliera lesionado, porque el río no llegó en avalancha inmediata sino que se fue creciendo. Cuando menos pensaron en la localidad, ya el agua les estaba llegando al cuello y la opción no fue otra que escapar para salvar las vidas, así se perdiera todo.
El censo del cuerpo de Bomberos local indicó que de 146 familias que había damnificadas del sábado se pasó a 200, ya empiezan a sentirse brotes de fiebre y las epidemias parecen llegar de manera inminente. Se necesitan frazadas, colchones y mercados.
En Bolombolo
En Bolombolo el panorama es similar y todo se desató a la misma hora, pues ambos corregimientos están separados por unos 5 kilómetros y están ubicados en el mismo corredor del Suroeste. Allí son 700 las familias afectadas, con seis casas totalmente destruidas y arrastradas por la corriente del Cauca.
Este miércoles la Alcaldía llegó con plásticos y carpas, también los particulares donaron mercados y frazadas y al Dapard ha hecho lo propio, pero con la creciente de la madrugada se pasó de 280 familias a 700 las afectadas, según censo de la inspectora local, Gladys Bedoya.
Los más afectados son los sectores El Mango y La Playa, centro del corregimiento, donde el río subió casi dos metros llegando hasta los balcones de varios segundos pisos y tapando varias casas de una sola planta.
En los barrios La Marvalla y La María, a orillas del Cauca, cinco casas quedaron inhabitables y el resto de familias debieron desalojar, pues la amenaza de una nueva creciente obligó a que llegaran bomberos de todo el Suroeste a asistir a la población en las evacuaciones.
Allí el drama es general y a las 3:00 de la tarde el río no acababa de bajar su caudal y, como dijo León Jaime Bustamante, la dimensión de la tragedia rebasa la capacidad del municipio (Venecia) y de la misma Gobernación para atender la emergencia.