Más que un compromiso para lograr una de sus principales promesas de campaña, que fue la de una reforma migratoria integral, lo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, parece ser una estrategia electoral que le asegure un segundo periodo al frente de la Casa Blanca.
Al parecer, su plan consiste en viajar a las principales zonas de ocupación inmigrante en E.U. y manifestarse a favor de la reforma migratoria, que regularice la situación de los más de 11 millones de indocumentados en aquel país.
El congresista demócrata, Luis Gutiérrez, criticó la posición del mandatario y dijo que "el Presidente no siente ninguna presión, porque cree que los latinos votarán por él de todas maneras"
Aunque con sus palabras elogia las contribuciones de los inmigrantes, Obama aprovecha sus visitas, más para destacar sus logros en la seguridad fronteriza y en la cifra récord de deportaciones (casi 400 mil al año, que supera la de su antecesor George W. Bush), que en establecer soluciones de fondo. Esa actitud hace que otros aliados demócratas estén empezando a dudar de sus intenciones y afirmen que Obama les está "tomando el pelo a los hispanos".
Mientras tanto, millones de inmigrantes, que fueron fundamentales para su elección, siguen a la espera de una reforma que acabe con la separación familiar, con la explotación y les de una identidad a quienes viven en las sombras, con la ilusión de mejorar sus vidas.
A Obama se le acaba el tiempo y las disculpas para impulsar este proyecto: logró la reforma de salud, impulsó la reforma financiera y le propinó el golpe definitivo a Osama Bin Laden. Ahora, sólo resta la reforma migratoria.
Eduardo Gamarra, profesor de ciencias políticas de la Universidad Internacional de la Florida, explicó que la agenda del Presidente ya tiene un espacio para el tema.
"Firmó la orden de cierre de Guantánamo, ya logró el tratado nuclear Start, ordenó la salida de las tropas de Irak". Sin embargo, explicó que el apoyo hispano fue el que le aseguró la ventaja para ser Presidente y "él no ha recompensado a esta comunidad de la misma manera. Por el contrario, las leyes se han vuelto más duras y la persecución y los procesos de deportación se han multiplicado".
Esta situación sume en la desilusión y tristeza a muchos latinos que depositaron su confianza en el actual mandatario. Leni González, de la Coalición Mexicana-Americana para la Reforma Migratoria, reconoció las dificultades de Obama en el Congreso con la mayoría republicana, pero argumentó que los partidos políticos no pueden ser ajenos al llamado de los inmigrantes. "Ojalá escuchen y se pueda lograr una reforma justa y dentro de la ley". De no ser así, "esa no es la administración que elegimos ni el Obama que queremos", concluyó González.
Con este panorama, el único que podrá demostrar sus verdaderas intenciones con los inmigrantes es Obama, impulsando su reelección a través de discursos o logrando una reforma justa antes de las próximas elecciones.
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