Juan Ibarra Marín, un polarizador de carros, no salía, la noche de este martes, de su angustia, parado sobre las ruinas de sus dos casas destruidas por una explosión, que se sumó a la mala racha que lo persigue desde hace una semana. Dice que primero lo estafaron con un vehículo que compró y en la noche del domingo los ladrones dañaron una chapa para entrarse a una de las dos propiedades, que heredó del padre muerto hace dos años (su madre ya había fallecido).
Para aumentar su zozobra, con la fuerte explosión, ocurrida pasadas las 6:30 de la tarde del martes, en la calle 54 con carrera 15, del barrio Villatina, un primo suyo, un niño, que estaba cumpliendo en la fecha 13 años de edad, sufrió algunas quemaduras y fue llevado a la Unidad de Salud del Barrio Buenos Aires.
El muchacho, de 19 años, no dejaba de expresar su preocupación cuando, una vez se hizo presente en el lugar de los hechos, los propietarios de otras dos casas vecinas, que quedaron a la intemperie por la detonación, que se escuchó en un vasto sector de Medellín, lo increpaban para saber cómo iban a cuadrar para iniciar, cuanto antes, los respectivos arreglos. Por su parte, el inquilino de la otra casa suya, también le reclamó por los electrodomésticos que perdió.
"No sé que sal me echaron, pero la semana pasada compré un carrito por seis millones de pesos y resultó ser un vehículo robado que me lo vendieron con papeles falsos. El lunes en la noche los ladrones dañaron la chapa para entrarse en una de las dos casas que tengo aquí y los vecinos los hicieron huir. Entonces le dije a un primito de 13 años, que vive cerca, que le estuviera dando ronda, porque yo estaba en el barrio Manrique con mi compañera que está a punto de tener un bebé", contó el joven.
"Pero, agregó, como no había luz, porque se me venció la tarjeta y apenas la iba a recargar anoche, al niño se le dio por entrar y, al parecer, accionó la pipa de gas, dejó la llave abierta y luego para iluminarse prendió una veladora la cual originó la fuerte explosión, que tumbó los muros de mis casas y la de dos vecinos.
Juan se dirigió luego a una vivienda aledaña a las suyas y desde una ventana desde la cual se observaban los destrozos que dejó la potente detonación, manifestaba en voz alta que no sabía cómo responder por un hecho tan inesperado que nunca se imaginó le iba a ocurrir y que, de la noche de la mañana, pasó de tener dos casas que les dejó su papá a él y a un hermano de 14 años, una para vivir y otra como renta, a quedarse sin nada y endeudado, no sabe por cuántos millones de pesos con sus vecinos afectados.
Por su parte, el comandante del Distrito Nororiente de la Policía Metropolitana de Medellín, coronel Fredy Buitrago, informó que el niño lesionado fue dado de alta pasadas las 10:00 p.m.
Añadió que sin el dictamen de los expertos en explosivos, y el cual se conocerá el miércoles, no se podía afirmar qué fue lo que ocurrió.
"Conocemos dos versiones de los hechos. Una habla de la explosión de un cilindro de gas, pero también hay otra que dice que el niño que entró a la casa prendió una veladora y se le cayó sobre una mesa en la que había una bolsa con pólvora (papeletas o chapolas) y ello, y una posible acumulación de gases, causó la explosión", indicó.
El oficial, a propósito de este episodio, llamó la atención de la ciudadanía y de las autoridades competentes, para que desde ya se tomen las medidas pertinentes para prohibir la pólvora, porque por estos días, en vísperas de diciembre, ha detectado en el sector la venta y el uso, sobre todo por parte de menores, de toda clase de juegos pirotécnicos.
La única luz de esperanza que en medio de la confusión y de los reclamos se le prendió a Juan en la noche de este martes fue la de la solidaridad. "Tengo muchos amigos por aquí y sé que ellos y otras personas caritativas, me van a ayudar para volver a levantar mis casas y las de mis vecinos y así ganarle esta partida a la mala racha que me persigue por estos días", concluyó el futuro padre de familia.
