Las buenas intenciones no son suficientes para ganar partidos, más cuando al frente se tiene el mejor equipo de la Eliminatoria. Esto fue lo que le aconteció este sábado a la Selección de Colombia, que pese a las ganas y a la tenencia de la pelota volvió a perder.
El sueño de Sudáfrica-2010 se aleja cada día más porque el combinado patrio lució igual al que dirigía Jorge Luis Pinto: enredado, ansioso y sin claridad en el último cuarto de la cancha.
Un gol de Salvador Cabañas, con la complicidad de Agustín Julio al minuto 9, fue suficiente para que los guaraníes se llevaran los tres puntos del estadio El Campín, continuaran sin perder en Bogotá y ratificaran que los colombianos necesitan algo más que un cambio de técnico: jugadores que marquen diferencia.
Las ganas, el manejo del balón y el buen ambiente que se vivió durante la semana con el estreno de Eduardo Lara no fueron suficientes para volver por el camino del bien y recuperar la ilusión que cada día está más enterrada porque con ese 0-1 de este sábado en la noche en Bogotá son ya tres derrotas consecutivas.
Colombia solo mejoró por raticos, precisamente en el primer tiempo, pues en el segundo se la pasó perdido, ansioso e impotente ante la quemadera de tiempo del contrario con la complicidad del árbitro. Pensar en el Mundial es soñar con imposibles, más cuando el adiestrador Lara demostró su falta de experiencia al hacer mal los cambios sacando a Giovanny cuando jugaba su mejor partido.
En el primer tiempo Colombia puso las ganas, las opciones e hizo el gasto, pero fue Paraguay el que salió con la frente en alto porque un solo remató directo al arco le alcanzó para abrir el marcador.
Wason Rentería, Giovanny Hernández, Fredy Guarín y Gerardo Bedoya tuvieron las mejores opciones del combinado patrio, que animado por los 25.698 personas no se vino abajo pese a esa anotación lograda al minuto 9 con un remate por derecha de Salvador Cabañas que se entró con la complicidad de Agustín Julio.
Con dos líneas de cuatro y apostándole al pelotazo para Cabañas y Haedo el onceno guaraní se llevó un inmerecido botín para el descanso, ya que su arquero Justo Villar salió figura y el que tuvo la pelota y las mejores jugadas en las áreas fue su adversario.
A Julio lo sorprendieron mal ubicado y ese error trajo de nuevo la ansiedad al tricolor nacional, porque cuando usted trabaja y la mete toda para mejorar no es justo que una falla se tire en todo. Eso pasó en El Campín, donde Paraguay acudió a su orden y la efectividad que lo tiene como el líder de la eliminatoria, mientras que Colombia volvió a la suya: manejar el balón y no conseguir nada con ello debido a su falta de profundidad, pues sus delanteros nada que se conectan con el gol.
En el segundo tiempo Colombia perdió la claridad y llegó más por el empuje de la hinchada que por jugadas colectivas bien concebidas, excepto la del minuto 90 cuando Ferreira desaprovechó el pase dentro del área que le hizo Quintero. Esto lo aprovechó Paraguay para terminar mejor el compromiso y acercarse seguidamente al arco de Julio, que en esta ocasión sí respondió.
El futuro del combinado patrio se enredó más porque terminar la novena fecha con solo 10 puntos es dejar que se acerque la eliminación, pues ahora habrá que ganarle a Brasil el miércoles en Río y eso si es muy difícil.
