La inmensa mayoría de los seres humanos, cuando reflexionamos sobre las leyes humanas, nos damos cuenta de que algunas, o muchas veces, esas leyes son, o han sido inmorales, es decir, injustas, porque no respetan o buscan el bien del hombre, sino la conveniencia de unos pocos que quieren imponer a los demás su visión de la realidad por diversos motivos, como pueden ser la obtención de riquezas, ambiciones de poder, obtención de honores y salvación de la humanidad.
Pues bien, a lo largo de la historia, ha habido unas cuantas grandes leyes injustas que podríamos resumir así:
En tiempos antiguos, la esclavitud del hombre por el hombre, reduciendo unos a otros a la condición de esclavos, sin ningún derecho de ciudadanía, bien a causa de los que perdían las guerras (origen de la esclavitud) o bien por mera conveniencia social y económica.
La imposibilidad del voto femenino, que fue durante muchos años la condición política impuesta a las mujeres, consideradas inferiores intelectualmente al hombre y sometidas desmesuradamente al poder masculino a su decisión y arbitrio.
Y en los tiempos recientes y actuales: el aborto provocado, mal llamado "interrupción voluntaria del embarazo", que consiste en la aniquilación del ser humano no nacido, en el seno materno, por procedimientos crueles e inhumanos.
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