Ahora es difícil hacer nuevos amigos; uno no sabe en qué andarán.
Un verdadero amigo me dijo que yo no disimulaba mi uribismo, pero el único que asume responsabilidades individuales o reconoce sus equivocaciones, es el señor Presidente cuando manifiesta su responsabilidad por los actos de sus subalternos; ese comportamiento es suficiente para admirar.
Sus opositores al contrario, no aceptan equivocaciones, se limitan a señalar. "Tongo le dio a Borondongo?.", es tal vez la descripción más cercana a esa actitud.
"Don Mario", nos puso a recordar tiempos pasados en donde las instituciones estaban completamente permeadas por los dineros del Patrón y la Constitución se hizo con algunas concesiones, para acallar las iras de los dueños de las más grandes fortunas provenientes todas del delito. "Echar dedo" se convirtió en el deporte nacional pero eso es un síntoma; la enfermedad grave se encuentra en las costumbres corruptoras que nunca nos han abandonado; los principios hace rato están dormidos en los muelles colchones del dinero fácil y el afán de enriquecimiento que nos ha inculcado la cultura del consumo. Ya no somos sino lo que tenemos.
La política se está ensuciando con mañas que atacan a las personas y nunca a las ideas; quienes se ven vulnerables o, no tienen los argumentos para defenderse o, peor aun, no quieren que les miren sus actuaciones o, la proveniencia de sus activos, se dedican a buscar la paja en el ojo ajeno y a magnificarla de tal forma el escándalo sea mayúsculo y la atención se centre en otros. Aquí todo se graba y todo se filtra y este es el filón de algunos medios que siguen el rumbo del dinero fácil.
Los magistrados de la CSJ., ven como enemigos a todos los funcionarios del ejecutivo; vaya uno a saber cuál es la causa de ese miedo para que les investiguen sus actuaciones. Ellos en su terror quieren que la comunidad nacional e internacional los considere intocables y que simplemente se inclinen ante sus fallos e investigaciones. Si algo debe suprimirse, es la capacidad de investigar de quien fallará sin posibilidades de apelación.
Los Legisladores ante ese esperpento jurídico de una instancia señalan, cuando prefieren renunciar a su investidura, de ímprobos a esos jueces que tienen la más alta dignidad, pero que se han convertido en un ente diabólico, similar a la Inquisición de la Edad Media. Todo lo anterior ya está grabado.
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