Imagínese que los ingredientes para preparar una saludable ensalada crezcan en su casa. O que las hierbas para una aromática estén al alcance de su mano.
Pues no lo imagine, hágalo realidad. Es posible tener una pequeña huerta en casa y deleitarse con la comida a la mano.
Consultamos a Ana Catalina Velilla y a su esposo Luis Santiago Correo, líderes del Parque Ecológico Residencial La Aldea y discípulos de expertos nacionales e internacionales en temas de la agricultura orgánica y agroecología.
Destacan que uno de los principios de la agroecología es que la tierra lo tiene todo y gratis. "De ahí la importancia de aprovechar sus posibilidades y más en un clima como el nuestro", comenta Ana Catalina.
¿Qué gana quien decida cultivar en su hogar? Según cuenta Velilla, además del ahorro en dinero al tener algunos alimentos a la mano, uno de los mayores beneficios es la posibilidad de comer sano, además del placer de sembrar la tierra y disfrutar de sus productos.
Cómo hacerlo
El poco espacio no es excusa para no tener una huerta casera. Desde alguien que viva en una parcelación hasta el que habite una casa con terraza e incluso un apartamento con balcón, todos pueden tenerla. El ingenio es clave. Aquí algunas ideas.
Si se vive en un espacio más reducido, explica Luis Santiago, una opción es utilizar como soporte de la huerta jardinera de barro.
Incluso, agrega, puede servir una caja de madera donde empacan tomates, reforzándola con más tablas a los lados y forrándola por dentro con un plástico.
Es necesario que el soporte que se utilice tenga mínimo 20 centímetros de profundidad y se le deje un sistema de drenaje en la base.
Con lo anterior listo, el paso a seguir es preparar la tierra. Luis Santiago explica que la vida y la salud de las plantas es el suelo. Por eso preparar una buena tierra es fundamental.
Una forma básica y fácil de hacerlo es utilizar tierra negra, que se puede adquirir en un vivero, mezclarla con arena para que sea más suelta y abonarla con boñiga.
Qué sembrar
Una vez se tiene la tierra preparada llegó el momento de sembrar. ¿Qué? Depende de los hábitos alimenticios de quien tenga la huerta.
La recomendación que dan las fuentes consultadas es cultivar cantidades pequeñas, de forma escalonada, para que se tenga, por ejemplo, unas lechugas de un tamaño y otras de otro. Las semillas pueden ser sacadas de los propios alimentos, lo que requiere dejarlas secar por algún tiempo, o adquirir las que venden en el mercado.
Sobre el tema de la combinación y mezcla de plantas a la hora de sembrar, aunque Luis Santiago reconoce que existen algunas normas, sugiere no preocuparse por lo que dicen y mejor dedicarse a experimentar, observar y aprender.
Asegura que es válido mezclar, por ejemplo, hortalizas con condimentos y aromáticas en un mismo soporte, incluso hasta con flores. "Hay que ser más creativos", es su invitación.
Cuidados básicos
Cuando las plantas están pequeñas es mejor que estén a media sombra. Ya más grandes deben recibir en promedio mínimo dos horas de sol al día.
El riego no debe ser ni mucho ni muy poquito. Es importante que la persona establezca el ritmo del riego dependiendo del nivel de sol que le dé a la huerta, del nivel de sequedad que tenga el espacio, etc.
"Que la gente le pierda el miedo a sembrar", concluyen Luis Santiago y Ana Catalina, dos convencidos de que una huerta en casa es tener comida sana a la mano. Inténtelo.
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