Dos astronautas del transbordador Discovery completaron la primera de tres caminatas espaciales que integran la misión que busca instalar un enorme laboratorio de investigación japonés en la Estación Espacial Internacional EEI.
El veterano astronauta Michael Fossum y su novato compañero Ronald Garan flotaron en el espacio, suavemente la mayor parte del tiempo, en una salida que duró 6 horas y 48 minutos.
La principal meta de la misión del Discovery, que comenzó el sábado con el despegue desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, es entregar el laboratorio japonés Kibo de 1.000 millones de dólares, la culminación de un esfuerzo de 20 años que hizo Japón para unirse como miembro permanente a la exploración e investigación espacial humana.
Describiendo la actividad, que se desarrollaba a 338 kilómetros sobre la Tierra en el 43er. aniversario de la primera caminata espacial estadounidense, la directora del vuelo de la EEI Emily Nelson la calificó como "un día realmente importante para Japón".
Los astronautas que desarrollaron la caminata prepararon el laboratorio para la instalación, recuperaron un brazo mecánico de inspección, y eliminaron algunos residuos de un anillo metálico en uno de los paneles de energía solar de la estación.
Mientras la caminata espacial llegaba a su fin, los astronautas que trabajaban desde el interior de la EEI usaban el brazo robótico de la estación para anexar el laboratorio Kibo al módulo Harmony, que sirve como nodo conector para varios componentes de la estación.
Con 11 metros de largo y un poco más de 4,4 metros de ancho, Kibo -que significa "esperanza" en japonés- es tan grande que el Discovery no tenía espacio a bordo para transportar el brazo de inspección, que mide el doble de largo del brazo robótico de 15 metros del transbordador para que cámaras y sensores puedan inspeccionar si hay daños en las alas y la nariz de la nave.
El brazo de inspección es parte de las modernizaciones de seguridad de la Nasa tras el fatal accidente del Columbia en el 2003, provocado por el deterioro que sufrió la nave a causa del impacto de escombros.
La última tripulación de un transbordador que visitó la estación espacial dejó temporalmente su brazo mecánico, junto a un segmento de la estructura externa de la estación, para que los astronautas del Discovery lo usen y lo lleven de vuelta a la Tierra.
Fossum y Garan removieron las cubiertas protectoras del láser y la cámara del brazo mecánico, desconectaron los cables y lo transfirieron al brazo robótico del transbordador.
También se trabajó sobre un anillo de metal dañado necesario para que pivoten sobre él un par de los paneles solares que brindan energía a la EEI.