La nueva evangelización será vital para revitalizar el ardor misionero y evangelizador de la Iglesia Católica.
Con esa consigna se plantea el perfil del sucesor de Benedicto XVI, según dijo a este diario el portavoz adjunto de la Santa Sede, monseñor José María Gil, quien reiteró que s e necesita un diálogo ecuménico, "donde haya una humanidad integrada en el amor y en la consolidación de los valores de la persona humana".
Por eso desde mañana viernes, en plena sede vacante en el Vaticano, comenzará a prepararse el denominado precónclave hasta el día 9 ó 10 cuando tentativamente comience el cónclave. Para el teólogo español José Manuel Vidal, será una "instancia donde distintas sensibilidades eclesiásticas maniobrarán, se hablarán unos a otros de quién debe ser el elegido, los grandes electores comenzarán a influir".
Para el analista, lo que se viene es el juego natural de una institución humano-divina y divina-humana que es la Iglesia. "Teológicamente todos están de acuerdo que es la iluminación del Espíritu Santo la que elige, pero esas elecciones requieren de mediaciones humanas, con sus virtudes y defectos", agregó Vidal.
Por su parte, Juan Esteban Pineda Cañaveral, sacerdote colombiano estudiante de Liturgia, Universidad de San Anselmo en Roma, dijo que el sucesor debe continuar lo hecho por Benedicto XVI, "con una Iglesia que está preparada para grandes desafíos que siguen en este año de la fe, con los acontecimientos que se vienen para el mundo desde la globalización y el diálogo entre religiones".
Asimismo, según el jefe de prensa de la Arquidiócesis de Medellín, padre Germán Bustamante, "hay varios elementos que deben integrar el perfil del nuevo Pontífice: que sea un hombre de oración, que reconozca el valor de la tradición del magisterio, que esté atento a las necesidades del mundo contemporáneo, que sea un Papa cercano y que sepa utilizar los diferentes medios disponibles para evangelizar".
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