El día que su hermano mayor, José David, consideró que Juan Pablo estaba listo para subirse en una tabla se la regaló. Tenía nueve años y el pequeño de los Vélez Rubiano le seguía a donde fuera. Entonces la Chinga -como siempre lo llamó-, comenzó a volar.
Y ha sido tanta la comunión entre ellos que seis años después parecen dos gotas de agua. Todo lo que Juan Pablo aprendió de José David lo ha puesto en práctica, incluso hasta la forma de vestir -jean, camiseta, gorra y tenis-. Pero, además, hasta estilo -no solo en su físico, con cabellera larga, ondulada, suelta, sino en su expresión deportiva, dinámica, fluida, extremadamente arriesgada, avasallante-. Son, en efecto, como dos monedas de igual valor.
A "Tal Cual" -como llaman a José David- le ha aprendido todo, aunque, coinciden estos dos skaters antioqueños, cada uno trata de hacer lo suyo, ser muy personal a la hora de ponerle el sello a los trucos.
"De Juan Pablo yo destaco las agallas. Tiene suficientes como para batirse con los más experimentados; lo caracteriza el coraje. Es, realmente, uno de los mejores de Colombia pese a que aún es muy joven", expresa Sebastián Velásquez, otro practicante del skateboarding en Antioquia.
"Todo lo hace con ganas y con mucho amor. Le pone corazón a cada salto. Y algo muy especial en él: disfruta cada truco que realiza", expresa Andrés Londoño, quien también comparte con Juan Pablo la práctica de este deporte.
El empeño y la constancia es otro par de cualidades que destacan en él. "Eso le ha permitido llegar a donde está y ejecutar cualquier tipo de truco por difícil que sea. Es un teso. De él destaco el estilo y la gran fluidez cuando se suelta en la tabla. Tiene un gran nivel", apunta Camilo Henao, otro skater antioqueño, quien no duda de las condiciones de l menor de los Vélez Rubiano y de que, este fin de semana, en España dará todo de sí para lucir y dejar en alto el nombre del país.
Y así es, porque Juan Pablo tiene la gran responsabilidad de representar, este fin de semana, a Colombia en la final Red Bull Skate Arcade en Barcelona, un evento que reúne a la élite en esta modalidad.
De él, sorprende la vivacidad y el deseo de agradar pero, a la vez, de divertirse cuando monta en la tabla. Proviene de una familia humilde y trabajadora. Y así como José David confía en él, sus padres se sienten orgullosos del talento que ambos exhiben en los skateparks.
Juan Pablo aún recuerda aquel día, cuando su hermano, en una especie de ritual de buena suerte, lo "bautizó" para el mundo del skateboarding, dándole una tabla, porque ya estaba listo. Hoy alza el vuelo solo.
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