Hoy habrá un marco espectacular en el estadio Metropolitano, pero desde antes Barranquilla se vistió con los colores del combinado patrio.
En las esquinas solo se habla de fútbol. En los taxis nada más se sintonizan las emisoras deportivas y las que son musicales, se la han pasado haciendo concursos para entregar boletas a las personas que quieran estar en el estadio alentando al conjunto nacional frente a Paraguay.
En uno de esos programas radiales, hasta retaron a alguien para que caminara desnudo por una de las principales vías de la ciudad, y el valiente apareció. Todo por la pasión que despierta el equipo dirigido por Pekerman.
Los hoteles, en su mayoría, están a su máxima capacidad y solo reciben a quien tenga reserva. El comercio informal también se transformó con motivo de este encuentro. Cerca al estadio Romelio Martínez se pueden conseguir camisetas de Colombia de 10 mil pesos en adelante, en todas las tallas y para todos los gustos.
Don Gustavo Adolfo Miranda lleva más de 20 años dedicado a la venta de artículos alusivos a la Selección y manifestó que previo al juego de esta tarde, la emoción aumentó gracias a los buenos resultados de las dos últimas fechas eliminatorias: “si la euforia crece, crece el bolsillo. Como buenos costeños, la gente dejó las compras para última hora. Pero las ventas han sido muy buenas, es que tenemos un técnico que nos ha puesto a cobrar”, indicó en alusión a Pekerman.
Además de camisetas, Adolfo vende zapatos, cornetas, banderas para los carros y aseguró que lo que no hay se consigue, “porque esta es la casa de la Selección”.
Isaac Caldas es un hombre joven que también aprovechó la expectativa generada por el conjunto tricolor para llevar la comida a su hogar porque, según él, otras veces el equipo “no da ni pa comer; ahora hay voleo y eso es bueno. Cuando Colombia está mal, la gente no compra y mi familia se ha quedado sin mercado. Hoy hay moral y positivismo, y esos jugadores nos están dando el sustento”.
Situación similar es la de William Botero , un paisa que desde hace algunos años se quedó a vivir en Barranquilla y confía en que la Selección gane hoy para que su negocio, en una de las esquinas del Romelio Martínez, siga en alza. “Si el equipo continúa como va y el resultado es positivo, esta ciudad se va a desbordar en amor y eso nos conviene”.
Frente a Paraguay no solo están en juego tres puntos, sino la alegría y la dinámica de Barranquilla que vibra cada vez que juega la Selección.
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