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La bruja los tiene con las orejas paradas y hablando a siniestra y diestra. Incluso, a algunos, los saca del trabajo, porque "eso no se ve todos los días". Algunos dicen que quieren ser actores. Otros sonríen con el papel de extras. Y el único hechizo seguro es que en Jardín, Antioquia, casi todos andan embrujados de la emoción.
"¿Vas a ver la escena?", le pregunta alguien de la producción a la señora que se asomó a la ventana del Hospital del pueblo, donde ayer se empezaron las grabaciones de La Bruja, la nueva producción del canal Caracol.
"¿No puedo?", le contesta ella, algo asustada. "Sí, pero en la ventana de allá", le replica él, en tono amable. La mujer se cambia de lugar con un "ahh", que causa risas. Tal vez, también quería quedar ponchada en cámara.
Desde hace dos meses, más o menos, los de producción del canal se pasean por Jardín. Han mirado casas, locaciones y personas, haber cuáles y quiénes se acomodan para la novela.
"Al inicio vienen y les encanta el pueblo. No está contaminado de grandes letreros, tiene una buena planta hotelera y además el municipio ya tiene experiencia en esto", cuenta Norberto Agudelo, coordinador de cultura y turismo de Jardín, quién además presentó casting y está pendiente de todo lo que los de la producción necesitan.
Es el contacto para acercarse a la gente y que acepten prestar sus casas y además, consigue los extras. Por eso no es raro que por estos días todos lo saluden diciéndole que los anote en la lista. "La gente está interesada. Hace días vino una señora y me dijo, yo soy del campo, apúnteme que yo quiero conocer a todos esos protagonistas".
Norberto está feliz con el rodaje, porque, indica, una de sus funciones es promocionar a Jardín como lugar turístico y que sea la locación de una novela nacional, le abre las puertas. Sin contar que económicamente hablando es una buena oportunidad. Les pagan por ser extras, por las casas que presten y entra dinero por los hoteles y los restaurantes.
También, Jardín es un pueblo con experiencia. En el 2009 grabaron la película Los colores de la montaña. "La gente está muy acostumbrada a las cámaras. No hacen tumulto alrededor", expresa el coordinador de cultura.
Aunque muchos no se pierden la oportunidad de ir a ver a los actores y saber qué es una grabación de una novela.
"A mí me parece lo máximo. Es un boom para el municipio, porque le va a dejar el nombre muy alto. Además, todos nos vamos a beneficiar económicamente. Todo el pueblo se va a volcar a ver esto. Hay actores de talla internacional", comenta Marisol Céspedes. Desde las 7:00 de la mañana estaba viendo la grabación en el Hospital San José, donde trabaja. Aunque ayer, no hizo mucho.
Hechizados
A María Virginia López casi no la convencen para que prestara su casa. Está ubicada en una de las esquinas del pueblo y tiene unos 120 años, aproximadamente. Las camas, los objetos, todo lo que hay allí le hace juego a la estructura. Y casi no la convencen porque en las anteriores producciones no le fue bien, pero "viendo que el pueblo se iba a beneficiar y que es una producción seria", dijo que sí.
Lo que buscan, explica Henry Duque, productor ejecutivo de La Bruja, son "casas de época, en buen estado". Si tienen muebles, mucho mejor, porque entre menos cambios, hay más facilidades. Aunque si hay que pintar, pintan. "Estamos arrancando y tratando de cuadrar todo a la historia. Elegimos Jardín porque fue el pueblo que encontramos más bonito y por las casas", añade él.
Son unas 70 personas, entre actores y el equipo de producción, los que se trasladaron al municipio a vivir por un mes y medio, más o menos. Algunos, especialmente actores, van y vienen.
Flora Martínez es la protagonista, junto a Andrés Parra. También actúan, entre otros, Vicky Hernández, Manuel José Chávez, Andrés Toro, María Cecilia Botero y Natalia Jerez.
"Estamos jardiniando. Felices, esta población es preciosa, el clima está muy agradable y esperamos hacer un trabajo muy bueno y muy serio", señala Vicky. No da detalles de su personaje, porque sería precipitado con un día de grabación.
La bruja es una novela basada en el libro de Germán Castro Caycedo, que en su época, en 1994, cuando se publicó la primera edición, causó revuelo. Habla de política, narcotráfico y hechicería.
El escritor vendió los derechos hace unos cuatro años y hasta ahí sabe. No le preocupa. En el contrato dice que debe haber unidad y que se tiene que parecer a la historia original. Los deja trabajar y sigue en su nueva investigación.
El Jardín está hechizado. La bruja se pasea por las calles encantando con el grito de acción y corte. Falta una grabación completa, una edición, esos detalles que necesita una producción y esperar que la magia encante, además, a los que están detrás del televisor.