Tiene la misma estampa de su hermano José David, quizás algo menos de cabellera, y un rostro de adolescente que confirma sus 16 años. Estudiante y amante de lo atrevido montando en una tabla.
Expresivo y sonriente. Amigo de lo ocasional en su vestimenta, por lo general con pantalones amplios y camisetas.
"Cuando la Chinga quiera va a ser un monstruo", sentenció Tal Cual -apodo con el que se conoce a José David Vélez - hace un año largo al hablar de las bondades de su hermano menor, quien nunca se le despegó cuando él empezaba a hacerse un skater profesional.
Juan Pablo Vélez, el menor de esa pequeña dinastía de practicantes de la tabla, comienza a hacer realidad la apreciación. Ya no es una figura en proyección. El fin de semana se consagró en el llamado templo del skateboarding antioqueño -el skatepark de la unidad deportiva Atanasio Girardot-, al ganar el Red Bull Arcade, un singular evento que constó de dos etapas: una de montaje de nueve videos cortos con diferentes trucos y la otra, ya práctica, demostrando condiciones frente a 15 rivales que, al igual que él, clasificaron como finalistas para la cita de Medellín.
"Algún día quisiera ganarme la lotería para montar un skatepark propio", contó hace poco la Chinga o Juanpa, como se le conoce en el mundo de las tablas. Pero ya obtuvo parte de esa lotería al ganar una prueba grande, cuyo premio mayor es un tiquete a España, donde representará a Colombia en la final mundial de la Arcade.
"Estoy muy feliz. Al principio estaba un poco nervioso, pero con el paso de los minutos mostré mi mejor repertorio. Creo que la consistencia en mis trucos marcó la diferencia".
Y en efecto, pues superó ronda tras ronda a los contrincantes y con Jhon Bejarano (Bogotá) definió el título tras un duelo de 10 trucos, en el que ambos mostraron sus mejores habilidades. La Chinga, con un coraje y destreza similares a los de su hermano confirmó que la sangre en el skateboard no se pierde.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4