Todos reunidos en una barbería, dejando ver esa sonrisa grande y blanca, en contraste con su piel oscura. Cuentan los chismes del pueblo, coquetean y bailan reggaetón. Hasta ahí, un domingo, y hasta que se encuentran con la realidad, a las seis de la mañana del día siguiente, en un bus. Le sigue una sala de espera y lo demás, hay que bailarlo.
La ciudad de los otros es una obra de danza contemporánea hecha por 21 artistas afrodescendientes, donde cuentan su historia. "Ya no es el antropólogo, somos nosotros los que queremos mostrar nuestra cultura", señala Rafael Palacios, el director.
Todo empezó por una propuesta del departamento de Asuntos Étnicos de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía, y hace parte de la celebración de los 159 años de la abolición legal de la esclavitud.
"Será una herramienta para hacer reflexión sobre temas de exclusión, racismo y ausencia de oportunidades, a través de la danza", indica Melquisedec Blandón, coordinador de Asuntos Étnicos.
Sin embargo, no es un reclamo. Lo que buscan es mostrar que son personas con todas las potencialidades, que el color no importa y que, aunque no lo crean muchos, todavía hay discriminación racial.
"Buscamos dejar en evidencia que hay un problema y mostrar cómo lo vemos, cómo nos reciben, qué aportamos, qué nos aportan, pero también qué nos quita la sociedad", cuenta Rafael.
A sus palabras, el bailarín Haminton Becerra añade, "es el autorreconocimiento de nuestra tradición".
La reflexión, si bien es sobre la mirada que ellos tienen de Medellín, habla universalmente. Podría ser cualquier lugar. Es más, los artistas son de diferentes ciudades de Colombia.
La obra se puede ver hoy, a las 7:00 p.m. en el Teatro Universidad de Antioquia. Los jóvenes en el escenario, bailando, contando su cotidianidad, sus sentimientos, sus tristezas, sus rechazos, la ciudad de los otros, que no es más, que la ciudad de todos.
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