Todavía es temprano y la esquina del 'bostezadero', en pleno parque de Andes, hay una veintena de hombres y mujeres que con gorras, sombreros y ponchos, esperan que de una de 5.050 fincas cafeteras del municipio los llamen para empezar a recolectar la cosecha.
En todos lados se habla de ella, porque con ese rojo cerezo que se ve en los cafetos también llegarán por lo menos 20.000 recolectores de todo el país. Eso significará que habrá más dinámica en el comercio, que en las tiendas, los bares y hasta en la iglesia el flujo de gente aumentará considerablemente y con él también subirán los problemas sociales.
Los primeros frutos de la cosecha del presente año, se están dando en algunos de los municipios de mayor producción cafetera en Antioquia como Andes, Betania, Betulia, Ciudad Bolívar, Fredonia, Salgar y Santa Bárbara, donde ya se están necesitando recolectores. Allí, desde este martes, se instalarán casetas de información al recolector y al caficultor.
Se dará orientación de las fincas que necesitan vincular personal, las veredas, las rutas, horarios de trabajo, transporte, hoteles y alojamiento disponible, salarios y necesidades de cada predio.
El director del Comité de Cafeteros de Antioquia, Luis Fernando Botero, aseguró en comunicado de prensa (no fue posible hablar con él) que hay disponibilidad de mano de obra para la recolección en 23 de los 94 municipios productores de café. Sin embargo, hizo un llamado a los recolectores para que se dirijan a los municipios de Andes, Betania, Ciudad Bolívar, Fredonia, Salgar y Santa Bárbara donde en este momento se inicia la recolección de la cosecha cafetera del segundo semestre y se requiere personal.
Todos la esperan...
Esa bonanza anual llamada café y que se respira en cada esquina de los pueblos, es la que todos esperan en Andes, Ciudad Bolívar, Jericó, Concordia, Jardín, Santa Bárbara y otros municipios con vocación cafetera del Suroeste antioqueño, porque esos 90 días de cosecha indican que llegaron los buenos tiempos para las economías locales.
Y eso se nota entre los andinos, donde se requieren por lo menos 40.000 recolectores (15.000 son del municipio). Francisco Luis Vélez es lustrabotas desde hace 40 años y asegura que por estos días el trabajo empieza a subir. Dice que hay días en los que no da abasto de darle tanto brillo a zapatillas, botas y botines de todos los estilos y colores.
Pero eso es lo bueno de octubre, noviembre y diciembre (incluso algunos días de enero) porque en esos meses es cuando realmente se ve pasar plata y mucha, por todos lados. Del grano comen el carnicero, el de la farmacia, la del almacén, el de la cafetería, el que sirve los tintos en el parque, la muchacha de la cantina y hasta los mendigos, porque por estos días la generosidad se multiplica.
Alberto Posada, propietario del almacén Nueva York, cuenta que por estos días las ventas crecen considerablemente. El hombre asegura que desde septiembre, los comerciantes se surten porque la dinámica comercial del municipio es otra. Pero la prosperidad no es solo en Andes. En Ciudad Bolívar los comerciantes también sienten el cambio porque al pueblo llegan poco más de 10.000 recolectores. En el almacén Ciclo Bolívar las ventas se doblan, lo mismo que en la Cacharrería Única.
En Jardín, otro pueblo cafetero que combina su vocación económica con el turismo, están a la expectativa por la cosecha, que será inferior a la del año pasado. ¿De cuánto? Eso no lo sabe nadie pero Gildardo Henao, finquero de El Carmelo, calcula que será inferior en un 30 o 35 por ciento.
El efecto de la roya
Tanta emoción por el inicio de la cosecha amaina cuando a los cafeteros se les pregunta por las amenazas. Las lluvias de los últimos meses afectaron significativamente las floraciones del segundo semestre de ese año y consecuentemente la producción que se recolecta ocho meses después.
Además, la mayor humedad generó un aumento de la incidencia del hongo de la roya, que ataca las hojas del cafeto hasta hacerlas caer y afecta la productividad de los árboles susceptibles a esta enfermedad. Según datos del Comité Departamental de Cafeteros de Antioquia, de las 131.100 hectáreas sembradas en la región, no menos de 65.000 están infestadas con la plaga.
Antioquia es el primer productor de café con el 16,4 por ciento de la producción total nacional. Según la Federación de Cafeteros, el país produjo en los últimos 12 meses 8,6 millones de sacos de 60 kilos, un siete por ciento más que la cosecha registrada entre septiembre de 2009 y agosto de 2010. Así mismo, y a un mes de culminar el año cafetero 2010-2011, la cosecha de café creció siete por ciento, llegando a los 8,1 millones de sacos, 496.000 sacos más que los producidos durante los primeros 11 meses del año cafetero anterior.
La producción registrada en agosto del presente año, que alcanzó 466,000 sacos, se vio afectada, al igual que la de los últimos meses, por los estragos causados por la fuerte ola invernal que vivió el país durante el segundo semestre del 2010. A pesar de ello, el estimativo de la Federación es que al final del año la cosecha supere los 9 millones de sacos.
Bajará la cosecha
Rafael Zapata Echavarría, propietario de tres fincas en Tapartó (Andes), revela que los efectos de la roya se sentirán en su municipio. Aunque todos o casi todos los caficultores están animados por el inicio de la temporada, el hombre reconoce que la caída en la producción será considerable, de poco más del 30 por ciento.
Pero es que la del 2010 fue una de las mejores cosechas de los últimos años. Añade el caficultor que para esta temporada contrata por lo menos a 100 recolectores y, en promedio, cada uno recoge entre 200 y 300 kilos diarios (el kilo se pagará a 350 pesos), es decir, que ganan entre 70 mil y 105 mil pesos diarios.
A ello hay que sumarle el hospedaje y la alimentación que corre a cargo de los finqueros. Con un elemento adicional: que ya no se puede tirar a los trabajadores en cualquier rincón porque eso quita productividad y prestigio a la hora de comercializar el café, según relata don Rafael.
Jaime Suaza, pequeño caficultor de Andes, coincide en que los palos están bastante aporreados por el fuerte invierno y por la roya. Aunque el campesino no se atreve a mencionar las pérdidas que tendrá este año, lo cierto del caso es que la subienda será agridulce, como él la califica.
Alfonso Guerra Vélez, cafetero de Ciudad Bolívar y representante del gremio de esa población ante el Comité, coincide en que la cosecha estará algo mermada este año por culpa de la roya y de las lluvias y resalta que los precios del café, aunque han estado volátiles, han beneficiado a los caficultores pues los costos de producción son inferiores al valor de la venta (a 949.625 pesos se está pagando la carga).
El gran desafío, advierte, está en superar la angustia que trajeron el invierno y la roya para que las próximas cosechas sean altas y en las poblaciones cafeteras se aproveche de una bonanza que significa la redención para cientos de miles de personas. Por eso, añade que el paso siguiente es afianzar la renovación de los cafetales para que sean resistentes a las plagas que hoy hacen tanto daño.
