Condene primero y pague después. Como anuncio barato de plaza de mercado, pero ahora aplicado a rajatabla en algunos medios de comunicación, con protagonistas de todos los calibres: desde fiscales hasta abogados, pasando por reconocidos delincuentes que buscan enlodar a sus contradictores y conseguir rebaja de penas.
Todo este espectáculo mediático en que estamos es parte de la desinstitucionalización del país que algunos quieren promover desde los micrófonos y los estrados.
El caso de Sigifredo López tiene muchos elementos de ese circo en que a veces entra la justicia en su afán de mostrar resultados, y los medios ahí, como cajas de resonancia.
De ahí lo peligroso y pecaminoso que se volvieron las filtraciones de piezas periodísticas, las mismas que condenan antes, y después de que se demuestre lo contrario.
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