x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

La leyenda de El Totumo encantado

El grupo de teatro de jóvenes del corregimiento de Necoclí es uno de los mejores del departamento. Una historia llena de pasión y tradiciones. Un ejemplo.

  • La leyenda de El Totumo encantado | Las obras que monta el grupo El totumo encantado tienen que ver con su región, con su historia particular de Urabá. FOTO CORTESÍA
    La leyenda de El Totumo encantado | Las obras que monta el grupo El totumo encantado tienen que ver con su región, con su historia particular de Urabá. FOTO CORTESÍA
01 de febrero de 2014
bookmark

De teatro no sabía. De danza un poco más, porque había tenido varios grupos, pero de teatro, solo lo que se puede saber como espectador. Los maestros no tienen que sabérselas todas, piensa, pero saben buscar a alguien.

Al fondo cacarean gallinas. Flor Cortés conversa de teatro.

— Nació como un proyecto pedagógico para uso del tiempo libre. Cada vez que venía alguien que supiera de teatro, yo le decía, y nos enseñaba. Empecé por una amiga que dictó un taller. Luego lo pusimos en práctica.

Flor nació en Medellín, pero desde los 17 años, que se graduó de normalista, la nombraron en una vereda de Urabá. De eso ya hace 500 años y un poquito, se ríe, tanto que ya se siente menos de acá y más de allá. Ahora está en Necoclí, en el corregimiento El Totumo. De allá son las gallinas y también el grupo de teatro El totumo encantado, el que empezó en un proyecto pedagógico para uso del tiempo libre.

— Yo soy docente del área de educación artística. Para mí es muy importante trabajar grupos de proyección y entonces se implementó lo del teatro, en 2009, y eso fue generando un proceso, por las ganas de los muchachos de hacer las cosas y su capacidad para dedicar tiempo. Eso nos ayudó a ser el grupo que somos ahora. Un grupo de reconocimientos.

Llegaron más que sabían de teatro. Un teatrero empírico de la región les enseñó lo que conocía y ellos implementaron lo que todavía implementan. Escuchar. Luego practican, ponen sus ideas, conversan, miran en Youtube, ensayan, actúan.

También les llegó una idea, fundamental para lo que son ahora, el grupo de reconocimientos de Necoclí: montar obras que tuvieran que ver con los suyos. Con lo que ellos son, ahí en El Totumo. Leyeron a un señor de no muy lejos, Ismael Porto, e hicieron su primera obra, El totumo de oro encantado.

— Es una leyenda que hay en el corregimiento. De ahí adoptamos el nombre y participamos en Antioquia vive el teatro. Esa primera vez fuimos a ese regional sin que los chicos hubieran visto alguna vez teatro. Nunca. Además yo no sé teatro, como profesora, pero parte de lo que yo me gano, siempre me lo he gastado en ver teatro. Es la manera de actualizarme y de tener elementos para compartir con los muchachos. Quedamos seleccionados por la región, como uno de los grupos representativos. Ninguno de los muchachos había ido a Medellín. Nunca.

Eran 12 jóvenes los que estaban en la obra, pero no eran todos. Siempre han sido muy numerosos. En estos momentos son 37 en teatro y en los otros grupos culturales, "porque no a todos les gusta el teatro", como pintura, música y audiovisuales, otros 30 y un poquito.

Porque aunque empezaron en teatro y como proyecto pedagógico con énfasis en emprendimiento de la Institución Educativa Rural El Totumo, ya van en Centro cultural y cada vez más independiente. Este año van a estrenar sede, porque están en un espacio del colegio, que es el aula de educación artística de Flor.

Con el nuevo lugar, para el que ya tienen ayuda de una fundación de Medellín, tendrán más espacio para trabajar los distintos proyectos y una responsabilidad. El centro cultural es una oportunidad de una vida distinta.

Concepción Hernández Fuentes, de 18 años, lo sabe. Él lleva cuatro años y medio en el grupo.

— Mi experiencia en el teatro me ha enseñado muchas cosas. Inicialmente que no es solo arte, sino convivir, compartir y ser feliz, no solamente yo, sino que hago feliz a muchas personas. Para mí es una opción de vida. Eso es lo que intento decirle a mi comunidad. Yo fui como una persona muy callejera, exponiéndome a peligros y cosas como la drogadicción. El teatro me ayudó a salir de ahí, me enseñó. Yo nunca estuve de lleno, pero esto me ayuda a mí y a mis compañeros.

Como el proyecto debe ser autosostenible, tienen muchas ideas. El sueño de la profesora, cuenta, es que les hagan invitaciones para mostrar su trabajo. En la comunidad se presentan, con entrada libre y aporte voluntario, pero eso les genera muy pocos ingresos. También van a montar una peluquería artística, que les dará ingresos personales a los jóvenes y al grupo, aunque hay una intención más allá, según Concepción.

— La idea es estar en la peluquería, que también es una barbería, porque es un lugar que te permite hablar con los clientes. Yo soy reconocido y trato con ellos y yo sé que es una opción para que los jóvenes que tienen problemas se acerquen. Uno va peluquiando y a la vez charlando y hablando. La idea es por medio de la peluquería, concientizar y ayudar.

Para Concepción el teatro es una adrenalina y una pasión, si bien también quiere estudiar comunicación social, sin dejar de hacer teatro.

Solo que la adrenalina de todos subió al máximo cuando El Teatro Encantado ganó Antioquia vive el teatro. Primero en 2012 con Nasario está desmandado, luego en 2013 con Bullerengue. Premios que les han ayudado a sostener el proyecto, invertir en otras obras y pagar capacitaciones y asesorías.

— Los talleristas se aprovechan al máximo. Somos muy rigurosos. Si alguien va a una capacitación, lo replica a todo el grupo. Hay mucha disposición para aprender. A ellos los estimula a tener un mejor proceso escolar y a conocer otras formas de vida, que ellos sientan la necesidad de trabajar por su comunidad. Ven con otros ojos su riqueza, sienten amor por su lugar y les ayuda a pensar cómo mejorar su calidad de vida. Se han vuelto más críticos con su entorno, incluso en lo político, y sienten que les ayuda a no caer en otras cosas. En el grupo casi todos permanecen. Son personas de bajos recursos, pero es una comunidad alegre, rica en tradiciones. Es mirar que hay muchas maneras de ganarse la vida, no con mucho dinero, sino con dinero suficiente para ser felices.

Es, incluso, respetar a los ancestros y a los viejos de El Totumo, que les cuentan las historias y les ayudan en sus obras. El centro cultural es una opción de vida y, sobre todo, una manera de contarse. Es de talento y disciplina. De pura pasión. De saber que el profesor que llega les puede enseñar y lo demás les toca a ellos.

Diego Sánchez, actor del Teatro Matacandelas, fue hasta El Totumo, cuando en 2012 el grupo ganó Antioquia vive el teatro y el premio incluía un taller, que ellos eligieron de música y teatro.

— Es una cosa extraña porque uno no se imaginaría que un grupo de esta calidad exista en un corregimiento de nuestra costa antioqueña. Ha sido una experiencia sorprendente, por la calidad. Esto viene del compromiso de los pelaos y Flor tiene un trabajo distinto a lo que pudiéramos pensar que es un director: ella les abre la posibilidad que sean ellos mismos los que monten el espectáculo. Yo creo que lo mejor es que las obras que han montado salen de allí, de El Totumo. Ellos están hablando de su historia, de cosas que conocen. No buscan un autor foráneo. Esto hace que todos conozcan la situación y hagan la investigación de primera mano. Van donde las abuelas, donde el que sabe, y eso hace que los muchachos se apropien y sean verídicos. Saben conscientemente de lo que están hablando, es decir, hay una rigurosidad en la escena. Tienen, además, una cosa bastante bonita. Los muchachos que están más grandes, reproducen el proceso.

Un sueño, en El Totumo, el corregimiento de playas no tan exploradas y 6.500 personas, muy alegres, Flor es la profesora, y casi una mamá, aunque a ella esa palabra casi no le guste, y algunos se la digan, porque se ha vuelto una figura por el estilo. Para ella es suficiente, si es buen maestro, que es el que tiene un poquito de todo. De amigo, de hermano, de madre.

Se dice ya por ahí, explica la profe, que el centro cultural tiene tanto movimiento, que parece una casa de la cultura. La que tanto la comunidad ha pedido, pero el gobierno no les ha dado.

— Yo pienso que se debe a la dedicación —comenta Concepción—. Hemos tenido el sueño de ser grandes teatreros. Muchos piensan que quieren ser grandes teatreros, pero no le ponen pasión. Es la leyenda de nuestro pueblo. Yo me le mido a cualquier personaje. No me ha tocado hacer de villano. Sería vivir la experiencia, solo desde el mundo teatral. Solamente desde el mundo teatral.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD