La máquina de escribir salió "ilesa", sin barro, de la oficina de los Bomberos de La Estrella. Ella, anaranjada y brillante, sobrevivió por encima de dos computadores y un radio base de comunicación.
El aguacero de la noche del miércoles hizo que la quebrada La María, la vecina de las sedes de Bomberos y de la Defensa Civil, se desbordara, dejando a su paso el piso hundido, y equipos y documentos dañados.
Los organismos de socorro tuvieron que atender primero su propia emergencia y luego apoyar a la comunidad de los 10 sitios del casco urbano que se vieron afectados por las crecidas de las quebradas San Martín, La Estrella, La Ospina, La Chocha, La Grande y La Chocolata.
"No nos había pasado esto antes, ahora estamos en alto riesgo", cuenta el capitán Albeiro Calle, de los Bomberos.
Un deslizamiento, explica, bloqueó el paso del agua por la canalización y eso hizo que la creciente fuera mayor.
Cerca de él estaba Sebastián García, presidente de la Defensa Civil, que tampoco durmió mucho, pues las labores de socorro comenzaron a eso de las nueve de la noche del miércoles y se extendieron hasta las cuatro de la mañana de ayer. Resaltó que unos 50 voluntarios de Caldas, Medellín y Envigado acudieron a ayudarlos.
También perdieron computador, radio, equipo de primeros auxilios, papelería, uniformes y vieron como algunas herramientas se las llevaba la corriente. Ni el televisor se les salvó, narra, y ahora los acompañará uno de esos de perilla que les regaló una vecina.
"Nosotros mismos tuvimos que atendernos. Lo poco que teníamos fue lo mucho que perdimos", agrega.
Desbloquear quebradas
Pero no solo ellos estaban limpiando el pantano en la mañana de ayer. Por el pasadizo que conecta la iglesia de San Martín con la quebrada del mismo nombre, los obreros del Municipio fueron sacando los palos que represaban las aguas.
Su jornada también fue larga, pero querían quitar la mayor cantidad de bloqueos para evitar que con una nueva lluvia se presente una emergencia mayor.
La Policía y el Ejército apoyaron las labores de limpieza y gracias a que el aguacero no se extendió por mucho tiempo, se evitaron tragedias mayores, según afirma Lisardo Acevedo, alcalde de La Estrella. Aunque en sectores como La Ferrería se afectaron algunas viviendas.
A Guillermo Segura se le vio preocupado ayer, porque las cajas en las que guardaba materiales para su empresa de cobijas se llenaron de barro. Y Julia Carvajal daba gracias de que las neveras de su tienda siguieran funcionando, aunque aún nerviosa, señala, como sus vecinos los bomberos, la marca en el muro que revela hasta donde subió el agua. "Mire, ¡como cuatro metros!".
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