Hasta hace unos diez años uno de los programas preferidos en las mañana dominicales era lavar el carro.
Trapo, manguera, balde y cepillo en mano; el propietario del vehículo se disponía a pasar toda una mañana, o incluso casi todo el día, entregado a la labor de limpiar cada pieza y cada parte del carro. Hasta cepillo de dientes, para llegar a los lugares más complejos, utilizaba.
Metros cúbicos de agua se destinaban a limpiar y enjuagar el vehículo, sin mucha conciencia del desperdicio que podía representar.
Mientras más agua cayera más limpio quedaba el carro.
Evolución
Hoy, las condiciones han cambiado. No solo es la necesidad de tener más tiempo para otro tipo de actividades.
También las tecnologías de los vehículos han evolucionado, sus estructuras, su pintura y sus componentes son más precisos, pero también más delicados, o mejor, requieren de productos que puedan brindarle una mayor vida útil
Los sistemas de recubrimiento de la carrocería requieren productos menos abrasivos y que a su vez brinden mayor protección contra elementos como el sol, la arena, el polvo y otros contaminantes.
Y esta limpieza comienza también a pensarse desde un punto de vista más amigable con el medio ambiente.
Agua, solo lo necesario
¿Que el barro, la arena, el polvo y todos esos agentes externos que ensucian y dañan la apariencia del carro, puedan eliminarse usando menos agua de la tradicional, o incluso sin agua?
Pues aunque muchos crean que es imposible limpiar el carro sin tener una manguera botando permanentemente el líquido vital, la tendencia actual de limpieza de vehículos se orienta hacia la reducción del consumo de este elemento.
El beneficio es doble. Por un lado, la cuenta de los sitios especializados en lavado disminuye y se ahorran costos, y por el otro lado, el medio ambiente recibe un impulso al evitar desperdicios del líquido vital en actividades que no son de necesidad básica.
Juan Carlos Restrepo, gerente de la firma Knigth, especializada en lo que se conoce como lavado ecológico, explica que en los procesos el agua solo se usa para limpiar paños o microfibras.
"En estos casos se usan productos líquidos, no agua, que lo que hacen es encapsular la suciedad del vehículo, y que se retira con el uso de los paños", incluso el pantano también puede retirarse de esta forma.
En otros procesos, explica Diego López, de la firma Tecnicentro Los Colores, si bien se puede usar agua, la inyección de aire a la mezcla del agua con el champú de lavado hace más eficiente el procedimiento y el ahorro puede llegar hasta el 25 por ciento o un poco más.
De igual manera, el tiempo del procedimiento en ambos casos también se reduce.
Y dónde lavar
Ya lavar el carro en la acera de la casa no solo no es tan común, también está prohibido por las autoridades de tránsito y ambiente.
Además, con la especialización y advenimiento de carros tecnológicamente más complejos, surgen sitios especializados que ofrecen la opción de un lavado eficiente con técnicas adecuadas.
¿Cómo escogerlo? Según Diego López el primer factor es la limpieza y organización del lugar.
También es importante verificar la utilización de productos adecuados para cada parte del vehículo: champús neutros en la carrocería, desengrasantes, líquidos de limpieza que no tengan siliconas para las partes plásticas o los tapizados en cuero, paños y fibras adecuadas que no rayen ni deterioren la pintura, entre otros elementos que hacen parte de este procedimiento de aseo.
Además es importante elegir sitio en los que se cumpla con las normas de protección ambiental, tanto en la recolección de las aguas (si se usa este elemento) como en los sistemas de retención de lodos y aceites, así como la disposición de los paños y recipientes de los líquidos.
El mejor brillo
En la aplicación de la cera, Germán Gómez, de la firma Meguiar’s, señala que lo mejor es utilizar ceras con base en agua que son de más fácil aplicación y retirada. "La función de la cera es dar una protección efectiva a la pintura y su barniz". Y añade que para extender la vida útil de la cera se pueden usar resaltadores líquidos de brillo o soluciones sintéticas de lavado en seco, cuantas veces se requiere.
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