Hombre, en qué cabeza cabe la idea de mandar a volar torres de energía y después cobrar por arreglarlas.
En muy pocas, o más exactamente en una empresa con sede en Chinchiná (Caldas) y que, según el DAS, contrataba a bandas delincuenciales para que dinamitaran torres de conducción de Energía en Cauca.
No hay derecho que después de tanto daño como el que le ha causado la guerrilla a nuestro país, empresas que reciben todo el apoyo del Gobierno y del sector privado, en este caso de ISA, se presten para producir terror y pérdidas millonarias en zonas donde se reclama la presencia del Estado.
ISA ha invertido no menos de 16.000 millones en la reparación de las torres dinamitadas por la guerrilla y estos recursos se hubieran podido destinar a ampliar la red energética del sur del país o a generar miles de empleos, pero para la gente buena.
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