Once Caldas logró este sábado un importante y luchado triunfo frente a Millonarios, en juego por la cuarta fecha de la Liga Postobón. La victoria le permite al blanco llegar a siete unidades y ubicarse en el lote de los ocho primeros.
En la previa se vendió el compromiso como el clásico de la jornada y así lo tomó el hincha. 25 mil personas le dijeron sí al 'Blanco' y se acercaron al Palogrande. Hubo ambiente de fútbol afuera y dentro del estadio. Largas colas, banderas, trapos, caras pintadas y un pálpito de victoria que rondaba por todos los pasillos del estadio.
El punto negro pre partido: aficionados del Once le lanzaron piedras al bus de Millonarios y le rompieron un ventanal cuando el automotor llegaba al estadio. Aunque a Candelo y Perlaza le alcanzaron a caer algunos vidrios, no hubo hechos que lamentar.
Actos de protocolo, saque de honor del gobernador Guidor Echeverry y… rodó el balón en el bien cuidado césped del Palogrande. Sin embargo, mejores primeros tiempos han visto los aficionados en Manizales. Ni el Once ni Millonarios hicieron mucho por el espectáculo y los arqueros se fueron a las duchas con sus uniformes impecables.
Al minuto 6, Sergio Romero comenzó con la mala puntería, que la extendería durante toda la noche. El delantero recibió un centro de Alcatraz García, pero falló al momento de conectarla.
Millonarios sorprendió al Once con mucho toque en el medio campo y en el local, el hombre diferente fue Gonzalo Cabrera, que marcó diferencia con su rapidez y despliegue.
La primera para Millos llegó al minuto 30, pero Candelo no pudo definir ante Cuadrado. Pero la más clara del primer tiempo fue para la visita, cuando Otálvaro entró solo ante Cuadrado y la mandó por un lado. Con esa acción se fueron al descanso.
Por la vía del penalti
La charla técnica caló mejor entre los de Santiago Escobar. El blanco, apoyado por los miles de hinchas, buscó abrir la cuenta, pero de nuevo, Romero erró el camino cuando tuvo el arco en frente. Al primer minuto remató desviado y lo volvió a hacer 10 minutos más tarde.
La jugada que acabó con el ceros llegó al minuto 32 de esa complementaria. Edwards Jiménez, luchador incansable adelante, recibió falta de Román Torres y el árbitro Imer Machado pitó la pena máxima. El mismo afectado cobró fuerte abajo y venció a Delgado. Grito de desahogo en las gradas.
La última para el Azul: Wason Rentería remató al minuto 37 y exigió por primera vez a Cuadrado, que dijo presente y de gran volada la envió al tiro de esquina.
El tiempo no dio para más y el Once cosechó su segundo triunfo en casa, luchando ante un difícil rival, sacando el arco en ceros -tarea que tenían pendiente- y dándole un triunfo a esos 25 mil hinchas que creyeron en el equipo.
