Madonna cierra su gira mundial Sticky & Sweet con dos conciertos en Tel Aviv, una decisión que no parece ajena a la devoción que la "reina del pop" profesa en los últimos años por la mística judía, en particular por la Cábala.
El Parque Yarkón de esta urbe costera acogió este martes a entre 60.000 y 70.000 seguidores de la diva, según dijeron a Efe fuentes policiales, aunque no obstante no se colgó el cartel de "vendidas todas las entradas".
En torno al concierto, que se prolongó dos horas, se podía observar una numerosa presencia policial.
Con la actuación de esta noche y otra prevista para el miércoles en el mismo lugar, Madonna pondrá el broche de oro a su gira mundial que ha paseado el último año por los escenarios de Europa, Estados Unidos y América Latina, para promocionar su álbum de estudio más reciente, Hard Candy.
La artista visitó este país en 2004 y 2007 a título privado y con el objeto de realizar una peregrinación espiritual después de convertirse en una fiel seguidora de la Cábala, que en la tradición judía se entiende como el sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento.
Sin embargo, la cantante no actuaba en Israel desde hacía 16 años, cuando lo hizo por primera vez con The Girlie Show.
Así lo recordaba poco antes de entrar en el concierto un fan ataviado con una vestimenta característica de los años ochenta, edad dorada de la música pop y cuando la provocativa cantante del "Like a Virgin" se dio a conocer.
"Creo que Madonna es increíble y debería venir más a menudo a Israel", afirma el seguidor, quien la pudo ver en su gira de 1993.
Sobre las razones que han llevado a Madonna a encontrar una nueva fuente de espiritualidad en la Cábala, afirma: "Amor, Todo se basa en el amor y en saber dar. Ésa es la razón por la que ella sigue esta corriente y tiene tanto éxito".