El marcapasos, creación del bogotano Jorge Reynolds Pombo, maravilla no sólo por su tamaño, que apenas alcanza la cuarta parte de un grano de arroz, sino porque funciona sin baterías. Y por si esto fuera poco, podrá ser accesible a muchas personas, dados sus bajos costos.
Y es que el doctor Reynolds nos tiene acostumbrados a sus asombrosos inventos, pues hace cincuenta años se ideó el primer marcapasos del mundo. Quienes han padecido daño de la función cardioestimuladora natural del corazón, y les han implantado uno, conocen bien sus altísimos beneficios. Palabras de admiración para el gran científico, quien con su capacidad profesional e investigativa ha hecho posible también que muchos menores de edad con problemas genéticos puedan llevar una vida plena. Y ni qué decir del granito de arroz que pondrá a tono un lento corazón.
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