Buscamos a Medellín en la noche del viernes. La encontramos despierta en las calles, muy congestionadas hasta bien tarde, entorno al ambiente festivo y a la programación cultural dispuesta para dar desde ahora la bienvenida a la Navidad. Algunos sectores del comercio se sumaron a la extensión de horarios, mientras que otros se fueron a dormir casi como de costumbre.
Un tráfico por momentos semejante al de las horas pico, atravesó el Centro por la avenida Oriental y las principales vías arterias. En medio de la congestión vial, el sonido de un porro se robaba la atención al paso de La Coqueta, un bus de escalera con una imagen de la Virgen pintada atrás y luces de discoteca al interior. Al fondo, un árbol brillante con pájaros luminosos alternaba entre amarillo y plateado justo al comienzo de los alumbrados de La Playa, donde se concentró buena parte de la gente. Agentes de Tránsito hicieron lo posible por hacer fluir los vehículos en las calles colapsadas.
Gran parte del comercio cerró pasadas las 9:00 p.m., pero el corazón de la ciudad siguió encendido un poco más tarde alrededor de presentaciones en el Parque San Antonio y la Plaza Botero, así como en Junín y Carabobo. El metro prestó servicio toda la noche.
Cargada de paquetes y en compañía de su hija y su nieta que vinieron de visita desde Montelíbano, Córdoba, a Policarpa Pacheco le dieron las 10:00 p.m. en el centro comercial Oviedo. “La noche me ha parecido espectacular”, sostuvo con el acento costeño que no pierde a pesar de los cuatro años que lleva en Medellín. Su hija le dedicó los adjetivos de linda, innovadora y ecológica a la ciudad. “Me encantó cómo reciclaron las botellas para hacer adornos en el centro comercial”.
No todo el mundo aguantó el ritmo. La bebé de Edwin Palacio se quedó fundida en sus brazos. Sentado en una plazoleta del centro comercial Santa Fe, a las 10:15 p.m. el padre decidió marcharse a casa con cinco personas más de su grupo familiar. “Encontramos muchos locales cerrados", lamentó.
Para las empleadas de un local desolado, la jornada “no fue productiva, ni cinco”. Solo esperaban la hora de cierre por sí algún cliente aparecía. “Si todo el centro comercial se hubiera comprometido, tal vez habría funcionado”, se quejó una de ellas, quien explicó que la decisión de extender el horario fue voluntaria.
Falabella abrió hasta las 11:30 p.m. y lo seguirá haciendo hasta el 23 de diciembre, explicó Juan Carlos Melguizo, gerente de ventas de la tienda en Santa Fe. Destacó la afluencia de clientes y el acompañamiento de la Policía.
Otro pensamiento de la jornada se llevó Gabriel Arango junto con sus paquetes de compras: “Para ser Medellín despierta, está dormida desde muy temprano”, opinó.
