Gru estaba convencido de ser el villano más malvado del mundo, y también quienes lo conocimos al arrancar la primera parte de esta historia. Con su ejército de pequeños humanoides amarillos, los Minions, Gru tenía un macabro plan de robarse la Luna y producir el caos en el planeta.
Tras la apariencia de una casa normal de clase media, el villano escondía un complejo laboratorio del crimen, con un rayo congelador que hacía las delicias de su perfidia. “Despreciable, yo” (‘Despicable me’), era justo el eslogan de Gru.
Pero la maldad es un estado del ser humano, susceptible de cambiar en cualquier momento. Y fue así como tres niñas huérfanas ablandaron el corazón de Gru, quien ahora ejerce como juicioso papá y dedica su industria a la preparación de una jalea que a pocos les gusta, pero al menos lo aleja del mal.
¿Podrá Gru mantener esta actitud de buena gente, inspirada en el amor que siente por sus hijas adoptivas? ¿Podrá el tenebroso Dr. Nefasto, antes feliz socio de las pilatunas de Gru, aceptar un aburrido futuro preparando jalea?
La posibilidad de volver al espionaje, esta vez en favor de la justicia, y la aparición de una espigada agente pelirroja, van a involucrar sorpresas. Margo, la hija mayor, despierta a la adolescencia suspirando por un chico que es el peor enemigo de Gru. Y Agnes está a punto de celebrar su cumpleaños.
Mi Villano Favorito es la mejor película animada de lo que va corrido del año. Mezcla perfecta entre sentimiento y risa, mantiene cautiva a un público de todo nivel social y de edad. La reivindicación del malo pasa a segundo plano. La esencia narrativa es la unión familiar, la solidaridad y el empeño.
Sin embargo, las estrellas en la película son los amarillos y graciosos Minions, quienes enfrentan una amenaza letal que podría convertirlos en zombies. Los directores del filme, Coffin y Renaud, les otorgan ahora tal importancia que parecen ser protagónicos. Logran los momentos de mayor hilaridad en la sala.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
