Ni las balas de los sicarios han sido tan letales en Barranquilla. seis personas han muerto electrocutadas, en menos de una semana.
El miedo a las instalaciones eléctricas, tomacorrientes y acometidas, reina en más de 20 barrios marginados del suroccidente de la capital del Atlántico, en los que sus habitantes se sienten vulnerables.
Electricaribe, la empresa que presta el servicio en el departamento del Atlántico, argumenta que la manipulación indebida de las redes y las instalaciones fraudulentas o en mal estado, son las causas de estos decesos.
No todos los casos son atribuidos a las familias de las víctimas a cambios de voltaje. Sin embargo, concejales, autoridades y la ciudadanía en general, sostienen que no hay mantenimiento adecuado de la infraestructura eléctrica de la ciudad y piden mayor presencia de los operarios de la compañía en los barrios del sur.
Muertes absurdas
Uno de los casos que más estupor causó en Barranquilla fue la muerte de Mónica Escorcia Contreras, una mujer embarazada de 27 años, residente en el barrio El Bosque.
La joven se levantó de una silla a buscar un vaso con agua pero cuando tocó la puerta de la nevera para abrirla, una descarga eléctrica la mató ante la mirada impotente de sus familiares, que no pudieron hacer nada para salvarla.
Según Electricaribe, el accidente se produjo por la falta de un polo a tierra en la conexión de la nevera.
A pocas cuadras de la casa de Mónica, Manuel Arrieta Mercado, un padre de familia que se subió al techo cuando le avisaron que había fuego en un cable, murió al tratar de halar la conexión. En este caso Electricaribe señaló que las malas conexiones causaron el accidente.
La tercera víctima fue Camilo Andrés Hernández, un niño de siete años, habitante del barrio Siete de Abril. El pequeño intentó conectar el cable de un ventilador a un tomacorriente y murió de manera inmediata por la fuerte descarga que recibió.
Cables en mal estado
El destino trágico de María Concepción Palomino, de 32 años, también estuvo signado por un cable de energía. La mujer, residente en el barrio Las Malvinas desde hacía 4 meses, quiso conectar un ventilador cuyo cable estaba en mal estado y recibió una descarga eléctrica que la mató de inmediato.
"Intentó conectar el abanico y lo agarró justo en el lugar en que estaba el cable pelado. Cuando lo enchufó, la corriente la derribó y ella quedó con la parte dañada del cable contra su pecho", dijo un policía que llegó a la escena de los hechos.
Carlos Conrado Sánchez, de 22 años de edad, fue otra víctima. Lo fueron a buscar a su casa para trabajar en una bodega en las afueras de la ciudad. Sin pensarlo dos veces partió a ganarse el sustento diario, con tan mala suerte que pretendía reparar unas lámparas en el interior de una bodega y tocó por accidente unos cables de alta tensión, lo que le causó la muerte.
Carlos Alberto Inela Muñoz, de 22 años, también encontró la muerte trabajando. Mientras desempeñaba labores de albañilería en un segundo piso, tocó por accidente unos cables y murió de inmediato.
Familiares y vecinos de varias de las víctimas se quejan de que los electrodomésticos se energizan a cada rato y que son una bomba de tiempo.
El concejo investiga
El presidente del Concejo de Barranquilla y abogado, Jorge Rangel, anunció una demanda contra la empresa Electricaribe por la muerte de estas seis personas. "Se debe llamar empresa electrocutadora de Barranquilla".
En una sesión del cabildo, los concejales pidieron inversión en el mejoramiento de las redes de energía. Los funcionarios de la empresa no se presentaron a la sesión.
La empresa ha reiterado que adelanta labores pedagógicas para que los usuarios del servicio sepan cuándo están en peligro y cuáles son las instalaciones a las que se les debe hacer mantenimiento con las cuadrillas de operarios de la empresa. Sin embargo, el presidente del Concejo tildó estas respuestas como "infantiles".
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