Por errores en jornadas de entrenamiento y despliegue de tropas en el terreno, las Fuerzas Militares de Colombia han tenido que sepultar a cuatro de sus integrantes en un lapso de apenas 48 horas.
El primer caso sucedió al mediodía del lunes 14 de julio en el río Magdalena, en el sector Isla del Sol, del departamento de Cundinamarca.
A esa hora se movilizaban en una canoa improvisada once alumnos del Curso de Lanceros N°513, llevado a cabo por el Fuerte Militar de Tolemaida, los cuales ejecutaban un ejercicio de acondicionamiento de balsas improvisadas para desplazarse por afluentes.
A pesar de que contaban con elementos de seguridad, según el Ejército, la nave fue arrastrada por la corriente y quedó incrustada debajo de un ferri. En el accidente perdieron la vida los subtenientes Jhonatan Esteban Cortés Salamanca, Nicolás Chaparro Guillén y Elián Sebastián Beltrán Vanegas.
El segundo incidente ocurrió el miércoles 16 de julio en el departamento del Meta, e involucró a tropas del Batallón de Acción Directa y Reconocimiento Nº 12 del Ejército.
Según la información preliminar, en una zona rural del municipio de La Macarena se encontraron dos pelotones de la misma unidad militar y, creyendo que los otros eran el enemigo, se enfrentaron entre sí.
En el tiroteo, calificado como “fuego amigo”, perdió la vida el soldado profesional Jorge Rubén Sánchez Castillo, y uno de sus compañeros resultó herido.
Los dos incidentes están siendo investigados por la Inspección del Ejército, para determinar el grado de responsabilidad de los implicados.
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