La premonición de que la vía "se iba a hundir del todo" y a cerrar el paso al Suroeste, se convirtió en una certeza la noche del pasado miércoles, cuando la banca desapareció en una extensión de 60 metros, sólo un kilómetro después de Primavera.La escena del hueco inmenso que se tragó el pavimento en todo lo ancho, despierta asombro entre los recién llegados, pero ya la esperaban los vecinos del sector conocido como Minitas, por lo que apreciaban día a día.
"Esto empezó a ceder desde el Miércoles Santo, la vía hizo una escala de unos 50 centímetros y siguió bajando", cuenta Consuelo Gallego, quien vive en el sector de La Quiebra, en el antiguo corredor del ferrocarril.
Ese "empuje" acelerado de la tierra también lo apreciaron en las casas más próximas a la carretera, que primero mostraron grietas y luego empezaron a caerse a pedazos.
Por eso los ocupantes de cuatro viviendas (una de ellas con tres apartamentos) tuvieron que desalojarlas ante la imposibilidad de habitarlas y el riesgo que significaba para sus vidas.
Y a pesar de la distancia del sitio crítico, Consuelo cree que en su morada también hay peligro. "Esas mismas grietas ya las tiene la casa de nosotros, donde vivimos 14 personas", refrenda su madre, María Mercedes Muñoz.
Otros vecinos, muy molestas, aseguran que en el problema tiene qué ver la construcción de una placa polideportiva, en la parte inferior, en cuya explanación se afectó el talud que soporta la carretera.
Un paso rudimentario
Para superar parcialmente la emergencia de los vehículos que continuaban atascados en el sector, operarios y máquinas "devoraron" un pedazo del talud que daba la entrada a una finca y en la base se "inventaron" un pedazo de banca para sacarlos.
En su mayoría, el taco estaba formado por camiones pequeños y volquetas que se dirigían por carbón al sector de La Tolva, pero algunos aparatos no lograban la maniobra y las retroexcavadoras tenían que empujarlos.
Esta fue una solución de emergencia, según aclaró el director regional del Invías, Juan Manuel Restrepo Vélez, porque la Troncal del Café continuará cerrada de manera indefinida y no se atreve a calcular cuántos días.
¿Pero qué fue lo que ocurrió? El funcionario explica que se trata de "una gran falla remontante", de abajo hacia arriba, que sobrepasó la carretera.
Ya le hacía seguimiento y el Domingo de Resurrección estaban asentados tres cuartos de la banca en unos 50 centímetros. El miércoles se hundió toda en 1,90 metros y ayer había bajado 3,0 metros en una longitud de 60 metros.
El ingeniero Restrepo Vélez, quien recorrió el sector con un geólogo del Departamento de Antioquia, dice que en unas perforaciones iniciales se encontró que el suelo está muy húmedo.
Por eso se requiere un estudio geotécnico muy completo para acometer la mejor solución, que está entre dos opciones. Una es construir una pequeña variante sobre el talud firme y otra es una obra combinada de pilotes y vía, recuperando el tramo que se hundió.
Pero el director del Invías advierte que "la falla sigue remontando" y continúa llevándose la banca, por lo que no es posible dar paso en estas condiciones. "La velocidad de la reptación es muy rápida", afirma.
Por ahora la salida al Suroeste es por la ruta Primavera-Alto de Minas-La Pintada, o por Caldas-Angelópolis-Amagá, aunque el tramo final está en mal estado, apenas para camperos.
Mientras llega la solución, Jaime Cano acredita su venta al aire libre de buñuelos y de pollo casero con arroz. "Se ha graniado gracias al Señor", expresa.
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