Monte Pittman es mucho más que el guitarrista oficial de Madonna. Es tambíen un vendedor de guitarras que de la noche a la mañana pasó a ser el profesor de la Reina y su exesposo Guy Ritchie, aquel que era capaz de imitar los cortes computarizados de la canción Don’t tell, apenas un "fresh boy" de Texas -como él mismo se define-, un metalero que idolatraba a Ozzy Osbourne e intentó ser su guitarrista. Le respondió el líder de Black Sabbath que no sería muy coherente que el Príncipe de las Tinieblas y la Reina del Pop compartieran el mismo guitarrista. Pero ante todo, Monte Pittman es un buen tipo. El martes, tras su concierto en solitario, se cansaron primero los fanáticos de los autógrafos y las fotos que él mismo. Dice Pittman que tan solo sigue el ejemplo de Pantera, otros texanos que tenían claro que el show business es por y para los que no están sobre la tarima.
También es un hombre que ve en Madonna a "esa chica que llegó a Nueva York para ver a Los Ramones, Patti Smith y todos las bandas de los 70 y 80 de CBGB. Yo escucho eso en su interpretación de la guitarra. No es perfecta, es actitud punk". Pittman ve también lo que todos ven, el por qué ella es la reina. En resumen, dice, "Madonna tiene el oído para la música y el ojo para la belleza".
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