Edwin Cardona busca afanosamente un lugar en su cuerpo, casi copado con los nombres de sus padres, hermanos y abuela, para tatuarse el nombre de María Ángel.
¿Quién es? Ella será su primogénita que nacerá el 8 de diciembre, exactamente el día en que él apenas alcanzará la mayoría de edad. Cierto que es duro y sorprendente que un chico de 17 años actúe en estos momentos como papá, cuando uno de su edad estaría pensando en conocer y conquistar el mundo de una manera muy diferente.
Esas obligaciones de grandes, como acompañar a Carolina Castaño a las ecografías, calmarle los antojos de helado a media noche (la ventaja es que él también los ha tenido) y empezar a buscar una casa para compartir en familia, son las que, cree, desconcentraron un poco a Edwin.
"Más no me desviaron ni me sacaron del fútbol", aclara, mientras explica que "el nombre de la bebé que nacerá por cesárea fue tarea de los dos". Esa observación la hace para dejar sin piso las especulaciones relacionadas con una supuesta indisciplina que lo tuvo muchos partidos por fuera de Nacional, desde que el ex técnico Ramón Cabrero no lo tuvo más en cuenta por pasar mucho tiempo en la Juvenil.
"Con el viejo Cabrero nunca tuve problemas" y recalca que quién no quisiera jugar en un conjunto tan grande como el verde. "Lo que pasa es que la gente opina sin conocer los problemas de los demás y lo mío no ha sido fácil por tantas cosas que se me juntaron".
Antes de embarazar a su joven compañera, la meta era "ser campeón con Nacional para ayudarle a mis papás que tanto se han desvelado por mí". A dos meses de serlo sus metas siguen. Aunque aumentan, pero ahora cuenta con alguien que quiere ayudarle a hacerlas realidad, pues Carolina confiesa que "Edwin es un joven responsable que no desvió el camino; por el contrario, lo perfecciona para responderle bien a todos".
Cardona confiesa que le dolieron "todos los chismes que hicieron sin conocer mi realidad", pero apenas "me recuperé de una lesión que los médicos prefirieron no hacer pública durante muchos días, rebajé tres kilos y me puse en forma, porque mis sueños siguen siendo triunfar en Nacional".
Consciente de que debe rendir deportiva y económicamente para "llevar a Nacional a la disputa del título, comprarle la casa a mis padres y empezar a buscar una vivienda digna con el sudor de mi frente para María Ángel, Carolina y yo" aprovechó la para recuperar su forma.
Si bien ahora es un chico grande, luce rápido, con buen físico, convencido de su talento y más soñador, porque desea en unos dos años, dice, imitar a su amigo Giovanni Moreno "dejando huella en Nacional y emigrando al fútbol internacional".
"Acepté todas las observaciones de las personas de experiencia y en especial del técnico José Fernando Santa, quien con el profe Luis Fernando Suárez fueron los que me lanzaron, hace dos años, al profesionalismo".
Eso de ser papá lo tiene ansioso, pero su objetivo inmediato es aprovechar la titularidad frente al Cortuluá para mantenerla. "Aquí hay algo claro: tanto Edwin Cardona como Nacional tienen con que salir adelante y hacer feliz a muchas personas", afirma.
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