Hace poco más de un año llegó Telmex a competir con Une en el mercado de las telecomunicaciones. De inmediato salió Une a hacer lo propio con Telmex. Dicen que en río revuelto ganan los pescadores, pero en este caso los usuarios no hemos sido beneficiados por la competencia sino víctimas de ella.
Es fácil caer rendidos a los pies de cualquiera de las dos, no sólo por sus sugestivas campañas y atractivas promociones, sino también por razones de peso y de pesos: cuando en la casa hay adolescentes ennoviados, con docenas de amigos cada uno, cuyo deporte preferido es hablar por teléfono y "chatear" desde que se levantan hasta que se acuestan, se requieren servicios ilimitados, eficientes y baratos, pero no se conjugan las tres condiciones en ninguna de las ofertas.
Con Telmex se corre el riesgo de que tarden más de una semana en conectarlo a la red y que el teléfono funcione mal durante meses. Se padece el "a veces sirve y a veces no", con énfasis en la última opción, hasta que llegue una cuadrilla de Bogotá, que parece viajar a pie, y solucione el inconveniente. Claro que queda postergado el de la atención, que es crónico, ¡ah!, y el de la internet, que "se cae" varias veces por semana debido a "un problema generalizado en todo Medellín". Mala cosa justificar ineficiencia en el mal de muchos.
Pero si por allá llueve por Une no escampa. Hay quejas por cobro de tarifas más altas que las ofrecidas; por la velocidad de la internet, que no es la prometida, y por fallas recurrentes en el correo electrónico. Además, pasa que al cliente le venden un paquete completo en dos minutos, que le instalarán al día siguiente. Llegan en buseta ocho empleados y se bajan tres con cables, escaleras y herramientas, los otros bostezan mientras tanto, pero ¡oh! ¡Sorpresa! No se puede instalar el servicio porque no hay capacidad de cobertura en el poste. ¡En casa de herrero, pobres comunicaciones internas!
Lo peor es que no podemos reversar. Tenemos que aguantarnos las fallas y la mala atención porque estamos amarrados a un contrato que incluye "cláusulas de permanencia mínima, prórroga automática o sanciones o multas por terminación anticipada".
¿Qué pasaría si los clientes no pagáramos con el argumento de que no hay plata, que lamentamos las molestias, que esperen, que dentro de un año?? Seguro nos cortan los cables al otro día.
Es evidente que los usuarios no somos la prioridad de estas empresas, que el servicio no es tan wow, y que juntos tampoco es tan bueno. Mejor dicho, a este paso ya casi volvemos a las señales de humo para comunicarnos.
Pico y Placa Medellín
viernes
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0 y 6
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