El presidente de Bolivia, Evo Morales, y sus opositores regionales aceptaron ayer abrir un nuevo proceso de diálogo, tras el referendo sobre mandatos celebrado el domingo que ratificó al mandatario indígena y a sus principales rivales políticos.
Las numerosas llamadas al diálogo que se han producido después de la consulta se concretaron ayer con la decisión de los prefectos (gobernadores) opositores de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca de reunirse con el presidente Evo Morales en La Paz.
Poco antes, el mandatario había anunciado la designación de un equipo ministerial para negociar una agenda de diálogo con los gobernadores de estas regiones en sus propios territorios. La reunión en La Paz falló pues solo acudieron los prefectos oficialistas de Potosí y Oruro.
El Presidente también anunció que el canciller, David Choquehuanca, se comunicará con organismos internacionales y países vecinos para que actúen como "facilitadores" en las conversaciones entre el Gobierno y sus opositores regionales.
Este conflicto está marcado por el enfrentamiento entre el proyecto constitucional que impulsa Morales y el plan autonomista que han emprendido de forma unilateral las regiones de la llamada "media luna" (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija).
La nueva Constitución que defiende el mandatario indígena está pendiente aún de ser ratificada en dos referendos.
Morales insistió ayer en que quiere "constitucionalizar las autonomías", porque a su juicio los bolivianos también se expresaron a favor de ellas en la consulta del pasado domingo, pero hizo hincapié en que ese proceso no debe suponer independencia ni separación de las regiones.
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