El tema del Papa, de Francisco el hombre, el hombre del siglo, lo dejo para otra oportunidad. Cuando titulo PAPA en este Papel me quiero referir a las declaraciones dadas por el sensacional boyacense quien, después de hablar de ciclismo, entró de lleno a ocupar el puesto de ministro de agricultura. Así como suena, empujó al funcionario y dio su opinión y sus ideas sobre el problema de la papa nacional que se ha vuelto definitivamente grave.
Los colombianos tenemos que consumir más papa, comer más papa porque los agricultores pasan por un mal momento, especialmente por el contrabando y por la baja en el consumo. Parecía fuera de sitio la petición de Nairo, pero en cosa de segundos los radioyentes y televidentes comenzaron a aplaudir porque este joven humilde, este triunfador con ínfulas de nada, había señalado a nuestros ministros cómo se hacen y cómo se dicen las cosas. Al pan, pan, y a la papa consumo.
La sana y fresca declaración de nuestro subcampeón de la "gran boucle", ha dado una lección de patriotismo, de sabiduría popular, de preocupación por su gente. En verdad es emocionante asistir a episodios de esta naturaleza donde se muestra la grandeza de nuestro pueblo-pueblo. Otro premio de montaña para nuestro ciclismo, de montaña sembrada de papas para el bienestar de los colombianos. Gracias, Nairo.
PAUSA. Adiós pedacito de invierno/regalo de la lluvia/muchacha de cabecita rubia/pedacito de infierno.
SOL. Hemos tomado tanta confianza al padre sol que terminó por matarnos. O digamos que por lo menos nos causa serias dolencias empezando por el cáncer de piel y por otros estropicios en nuestro cuerpo que más bien se lo consultan a un especialista. Lo cierto es que el sol, como casi todo en este mundo y en esta vida, tiene sus dos caras. Y hasta tres, como esas damitas que entran al salón de belleza con un rostro y salen con otro. Otro debajo del real, bien camufladito.
Claro que no intento hablar mal del sol, nuestro padre y hermano, pero sí quiero señalar no solo sus bondades sino sus peligros... El sol, que hace las uvas, dijo Neruda, y le quedaron por fuera todo lo demás de la frutería y de la canasta familiar que no existirían si el padre sol no madrugara cada día a "cumplir con su deber". Además, ¿qué harían todos aquellos que no tienen una máquina para secar la ropa?
Por lo demás que no se nos vaya a caer encima porque... pues es que no tenemos donde guardarlo.
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