Amistad, palabra grande que une a las personas. Esa que cultivan los jugadores del DIM con alguien de su confianza.
Ese alguien a quien contarle de las alegrías y de las derrotas de la vida y del fútbol.
Ellos, quienes se conocen como amigos, unos con mayor o menor cercanía, sacan pecho para decir que están próximos a los héroes de moda.
El goleador Jackson Martínez que trata a todos por igual. Su fraternal amistad con el conductor Mario Henao y sus fuertes lazos con una amiga, la abogada Leony, quien lo ha visto crecer desde niño y que dice que Jackson "es un ser muy espiritual".
Maximiliano Estrada, un vecino de los hermanos Calle en el sector del Bolo (Guayabal), quien disfruta de los sabios consejos de Ricardo y Javier y de su ayuda en procura de ser un buen futbolista.
Samuel Eladio Tamayo, todo un ejemplo de vida, quien ha podido disfrutar de la amistad de Leonel Álvarez, y que ha sido un hombre del fútbol de muchos años, al punto de querer ser técnico tras cumplir una carrera con muchos sacrificios, en los que siempre ha sentido el apoyo del hoy técnico del DIM.
En Bogotá, Diego Alberto López (Grupo Salpicón) disfruta de saberse amigo de Juan Carlos el Gamo Estrada, uno de los asistentes de Leonel. Los compinches de las trovas, de los festivales en los que el repentismo los unió. La admiración que va de lado a lado, así haya kilómetros de por medio, que nunca serán obstáculo para estrechar los lazos.
Y dentro de este grupo de amigos cercanos, qué decir entonces de los parceros de Copacabana, Samuel Vanegas y Guillermo Echeverri, quienes el fútbol unió en un torneo interbarrios y que se hizo más sólida cuando el zaguero estuvo en el Once Caldas.
Futbolistas de carne y hueso, los héroes de los hinchas y los amigos de sus amigos, aquellos que escuchan de las glorias del fútbol, esas que se viven dentro y fuera de los estadios, como aquella que esperan vivir este domingo, cuando el rojo se encuentre a miles de "amigos" en la catedral escarlata.
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