Los sentimientos de culpa son funestos, te roban la energía y te impiden ser feliz y estar en paz.
Nada ganas cuando culpas o te culpas, pero sí pierdes tu entusiasmo y tus ganas de vivir.
¿Cómo sacar del alma el veneno de la culpa?
En sintonía con un Dios amoroso que nunca juzga.
No tomes al pie de la letra los textos sagrados sobre un "Dios juez", ya que son propios de una época bien antigua.
De hecho, los biblistas aseguran que la expresión "temor de Dios" significa respeto al Creador.
Dios, como lo dice el salmo 103, es pura misericordia y no nos trata como merecen nuestras faltas. Destierras la culpa si aceptas tu fragilidad, y miras todas las faltas como aprendizajes de seres inconscientes.
Perdónate y perdona de corazón.
No te castigues anímicamente diciendo: "Por mi culpa?por mi grandísima culpa".
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