Mi amigo Chucho y su esposa estaban reunidos con los compañeros de colegio del primero. Durante el encuentro, que todos celebraron con viandas y licores, después de los abrazos, Chucho y su consorte vieron a una dama completamente ebria que frente a ellos balanceaba su copa y los miraba. Gloria, mirando la dama, le dice a su compañero:
-¿Chucho, vos conocés a esa señora?
-Claro mija, esa es mi ex esposa. Me dicen que desde que nos separamos no ha dejado de beber.
Gloria mirando a Chucho y sin considerar a la pobre alcohólica en su estado de descontrol, le dice:
-¡Eh Ave María Chucho, vos tuviste que ser muy mal marido antes para que esta mujer, después de tantos años, todavía esté celebrando!
La moraleja es que hay muchas maneras de ver las cosas, y me sirve para comparar las actuaciones de algunos periodistas, ahora que estamos celebrando la fundación del periódico de don Manuel del Socorro Rodríguez.
Durante el último espectáculo de liberación de secuestrados, mientras algunos románticos talegones mirábamos la televisión con los ojos encharcados, para después rabiar oyendo las arengas políticas que bajaban como cascadas de las enormes dentaduras del ex gobernador Jara, íbamos cayendo en la telaraña que entre las Farc y algunos periodistas nos habían tendido a los colombianos y al mundo. Supimos que los periodistas nombrados como garantes de la liberación, por petición de los terroristas, como representantes de medios amigos, como Telesur, venezolana, Freddy Muñoz y Jorge Enrique Botero, y los de la Voz, comunista, Leonardo Acevedo y Camilo Raigozo, sumados al francés de Radio Francia Internacional, Hollman Morris, armaron un aquelarre de brujas alborotadas y empezaron a cacarear a través de sus medios con la voz de doña Piedad Córdoba que la liberación se había dañado por culpa de los sobrevuelos, cuando fueron ellos mismos los que fraguaron el libreto de comedia barata, que casi se convierte en tragedia.
Hollman Morris, con la ayuda de los guerrilleros presionó a los militares secuestrados que iban a ser entregados a decir, bajo amenazas de muerte, un libreto dictado por la guerrilla. La RFI dijo que nunca publicó lo enviado por Morris. A raíz de esto dice Eduardo Mackenzie, El Mundo, 13 de febrero, página 2A: "¿Si Morris no tomó esas declaraciones para RFI, por qué aceptó correr esos riesgos para él y los rehenes?" Y continúa: "Lo que hicieron Botero, Morris, Acevedo y Raigozo el 1 de febrero es un insulto para el periodismo. Ellos no fueron a esos lugares a conseguir honestamente información para los lectores. Fueron para jugar un papel preconcebido por otros, para ponerse al servicio de una propaganda de un grupo terrorista. ( ) Lo descrito demuestra hasta qué punto las Farc han logrado penetrar el mundo de la prensa".
Y vean lo que opina Adriana Mejía en El Colombiano del 11 de febrero, página 2A: "No creo, como dice el Presidente, en la idea simplista de un 'bloque intelectual'. Este calificativo de 'intelectual' le queda grande a ciertos personajes de los medios de comunicación, que acosados por un 'comunismo vergonzante' que no se atreven a exorcizar, se convierten en jefes de prensa y relacionistas públicos de un grupo terrorista que conoce muy bien cuál es el talón de Aquiles de sus 'idiotas útiles'".
Debo decir también que Javier Darío Restrepo defiende a los periodistas de marras: "El periodista cumple su tarea moviéndose entre sus propios errores y limitaciones y las condenas ajenas. Más duras cuando proceden de los colegas". (Pobrecitos los inocentes muchachos).
ÑAPA. Protestemos por las horrorosas masacres de indígenas Awá y los secuestros de más de 120 miembros de esta etnia. Crímenes de los narcoterroristas de las Farc y ELN. ¿Y así piden que les suelten a los asesinos que lograron capturar las Fuerzas Armadas? ¿Cuál acuerdo humanitario?
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