Como el más experto cerrajero, con mucha paciencia y sin desistir cacatúas indonesias mostraron ser expertas en abrir cerrojos para obtener una apetitosa recompensa.
Una demostración clara de su inteligencia.
En un estudio aparecido en Plos One, un grupo de científicos de las Universidades de Oxford y de Viena, y del Max Planck Institute revelaron cómo abrieron cinco cerraduras a pesar de que no tener recompensa en cada una.
Las aves podían ver una sola nuez a través de las paredes transparentes de la caja.
Para alcanzar el alimento, tenían que remover primero un pin, luego un tornillo, un pestillo después, girar 90 grados una rueda y por último desplazar un cerrojo.
El estudio se hizo con cacatúas Goffin (Cacatua goffini ).
Una de ellas, Pipin, resolvió el problema en dos horas sin ayuda. Otras, luego ser ayudadas al mostrárseles de a una cada tipo de cerradura o viendo cómo otras lo hacían.
Se quería conocer su progreso en la solución de un problema y qué aprendían luego de resolverlo.
Las aves trabajaron con determinación para superar un obstáculo tras otro, pareciendo poseer un proceso cognitivo. Esto es consistente con una representación del objetivo mientras se desempeñan, dijeron los científicos.
No fue azar. Tras abrir la secuencia entera, se investigó si habían aprendido a repetir la secuencia de acciones o si por el contrario respondían al efecto de cada cerradura.
Alice Auersperg, quien dirigió el estudio en el Laboratorio de Goffin en la Universidad de Viena explicó que luego de resolver el problema inicial, "confrontamos seis de ellas con las llamadas tareas de transferencia en las que algunas de las cerraduras fueron reordenadas o retiradas".
El análisis estadístico mostró "que reaccionaban a los cambios con sensibilidad inmediata a la nueva situación".
¿Sabían lo que hacían? Alex Kacelnik, profesor del Departamento de Zoología de Oxford indicó que "no podemos probar que entendían la estructura física del problema como lo hace un humano adulto, pero podemos inferir de su comportamiento que son sensibles a cómo actúan los objetos unos sobre otros y que pueden progresar hacia una meta sin recibir recompensa en cada paso".
Para él, hay que replicar hallazgos con otra variedad de ejercicios para ver si entienden un problema.
Lo que sí demuestran es gran plasticidad y una memoria práctica. Auguste von Bayern, otro coautor, de Oxford, resaltó que la mejoría sin errores como respuesta a los cambios sugieren una plasticidad de conducta. "Creemos que les ayudan características de la especie, como la curiosidad, las técnicas de exploración táctil y la persistencia".
Las cacatúas exploran los objetos alrededor con su pico, su lengua y sus patas.
Un descreste.
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