Las nuevas inversiones que lleguen al país tendrán que pagar impuestos eventuales cuando el Estado lo requiera.
Además, se reducirían los beneficios de reinversión de utilidades, del 40 al 30 por ciento. De esta manera se disminuirían las gabelas que recibían las empresas en el impuesto de renta, por volver a invertir recursos en el país.
Ayer el presidente, Álvaro Uribe Vélez, explicó que los ajustes tributarios que se presentarán el próximo 20 de julio ante el Congreso, en el marco de la Reforma Tributaria, son un esfuerzo adicional para financiar la seguridad y una forma de contribuir al desarrollo.
"Ustedes (los inversionistas) pueden tener la tranquilidad, la pueden tener la opinión nacional y la internacional, de que el Gobierno tiene mucha claridad en que hay que hacer ajustes manteniendo el objetivo fundamental que es la confianza, la inversión, la promoción de la inversión. Que esos ajustes prudentes tienen que contribuir a la cohesión social", indicó el Presidente, durante el Seminario Inversión Brasileña en Colombia.
Uribe Vélez también indicó que la situación fiscal actual llama la atención sobre la necesidad de introducir unos ajustes, como pedirles a los sectores más pudientes del país un esfuerzo adicional para financiar la seguridad, lo que no desestimulará la inversión.
"Esta situación difícil financiera y fiscal no va a afectar la política de seguridad, y no va a afectar la política social, porque se introducen unos ajustes manteniendo las líneas básicas que nos hemos trazado como la línea de promoción de inversiones", recalcó el Presidente.
Comenzó en 2003
En la Reforma Tributaria que presentó el entonces ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en 2003, el Gobierno consideró que el 30 por ciento de deducción (en el impuesto de renta) de cada inversión era suficiente y se constituía en un porcentaje bastante atractivo para llamar a los inversionistas.
En 2006, el Congreso de la República elevó esa deducción al 40 por ciento. Ahora el Ejecutivo considera, gracias a la experiencia de los años 2006-2009, que con la deducción inicial, del 30 por ciento, el país continúa siendo atractivo para los que quieren venir con capital a ejecutar sus inversiones. "Nosotros creemos que con el 30 por ciento es suficiente. El sondeo al sector privado así nos lo dice. Y que esa deducción en los años que vienen no sea del 40 por ciento sino del 30 por ciento ayuda mucho en lo fiscal y no afecta la política de estímulos a la inversión", aseveró Uribe Vélez.
Así mismo, explicó que los contribuyentes han entendido que no se puede acumular el beneficio de zonas francas, con el beneficio de la deducción, lo que ha quedado expresado en los contratos de estabilidad jurídica.
Para Rafael Isaza González, asesor tributario y ex director de Impuestos Nacionales, la medida que plantea el Gobierno es insuficiente ya que, a su juicio, las finanzas públicas requieren el 100 por ciento de los aportes.
Sostiene que aunque no hay cálculos precisos, se cree que con el aumento de los beneficios del 30 al 40 por ciento, las arcas estatales dejaron de percibir unos cuatro billones de pesos anuales.
"No tenemos cómo pagarle lo que a lo largo de estos años ha hecho el Presidente pero en el manejo fiscal esos estímulos tributarios crean iniquidades e inciden en una merma significativa de los ingresos tributarios", sostiene el especialista.
En su concepto, la reducción del 40 al 30 por ciento es importante y es un ligero alivio pero es muy poco lo que ayudará al impuesto sobre la renta.
"Yo creo que hay que eliminarlos o reducirlos mucho más porque, en las condiciones en que se encuentra la economía, esos beneficios no son adecuados para el país", apuntó Isaza González.
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