La política conquistó el terreno de las redes sociales. ¿Ira e indignación? ¿Mayor interés de la ciudadanía por lo público? ¿Tecnología? ¿Influencia de los medios de comunicación?
Aunque todas estas preguntas podrían responderse con un sí, a secas, el movimiento de esta semana en Twitter, con etiquetas como #Semuevelacontrareforma, #reformaalajusticia #niunvotomas, es un indicio de que el país está dando pasos para que la gente pase del trino a la acción.
Son tiempos en los que los ciudadanos ya no tienen que ir a la plaza pública o a las urnas para expresar su inconformismo. Hoy hay un espacio para la libre expresión de opiniones, se trata de “un derecho cada vez más fuerte en las sociedades modernas” aseguró, Jorge Bonilla, profesor del departamento de humanidades de la Universidad Eafit.
Según él, lo que se facilita es la interacción entre las personas sin la mediación de los canales tradicionales. Es una “revitalización de la conversación ciudadana. Conversamos con otros, creamos comunidad”.
Situaciones coyunturales como los casos de los senadores Merlano y Corzo, la aprobación de la Ley Lleras 2 o la controvertida reforma a la justicia, han generado movilizaciones, protestas e iniciativas ciudadanas.
Según Bonilla, estos temas polémicos se convierten en una “explosión que conecta personas en torno a una causa común”, pues estas redes dan espacio a la participación, el control político y mecanismos de debate.
Aunque las redes no agotan toda la expresión pública, permiten acceder a diferentes puntos de vista, incluso quienes no son expertos, pero que aportan desde su saber colectivo a la problemática. Como asegura el profesor, es un avance hacia “la democratización de las relaciones, que permiten la descentralización del derecho”.
Para los actores políticos de este país, estas redes también han cobrado importancia, pues han reconocido el poder que tiene la palabra de los ciudadanos. No en vano el presidente Santos anunció fórmulas para que la Reforma a la Justicia no entre en vigencia.
Sin embargo, Bonilla resalta que, aunque estas expresiones son importantes para la democracia, la viralidad en las redes no remplaza la acción en el espacio público”.
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