Renovar, cambiar, actualizar, modernizar... son varios los verbos que giran en torno a las reformas. Sin embargo, todos conducen a lo mismo: la transformación de un espacio.
Son diversos, también, los motivos que llevan a alguien a emprender este proceso en casa: cambiar las cosas deterioradas, no sacrificar unas buenas áreas en la vivienda actual para invertir en un proyecto nuevo con espacios más reducidos o, simplemente, entre muchas otras razones, porque se le quiere dar un nuevo aire al hogar con acabados y diseños modernos.
En todos los casos, comenta el arquitecto Andrés Aristizábal, de la firma Doblea - Arquitectos, el proceso empieza igual: soñando, definiendo una idea de lo que se quiere hacer, claro está, "teniendo en cuenta el estilo de vida, los gustos y las necesidades de quienes habitan la vivienda".
Con estas premisas básicas, y con el fin de no cometer errores, la sugerencia es buscar el concepto de un arquitecto que oriente y acompañe de la mejor forma los trabajos.
La labor principal de este profesional, explica Mauricio Valencia, arquitecto de Espacio Interior, se centra en escuchar qué es lo que quiere el propietario con la vivienda, en interpretar esas necesidades y transformarlas en una propuesta de diseño factible, es decir, adecuada para el espacio, con alternativas de materiales estéticos, funcionales y de fácil manejo.
"Un arquitecto ayuda a que las modificaciones que se vayan a hacer en la casa sí sean las adecuadas, a que no se cometan errores que en lugar de transformar la vivienda, antes la empeoren", señala Mauricio.
Otro aspecto clave es la definición del presupuesto. En este punto, coinciden los arquitectos consultados, entre más clara y real sea la cifra, el experto, que conoce el mercado, puede proponer con más acierto los materiales y acabados que pueden utilizarse y sugerir hasta qué punto puede ir la reforma.
Que a la casa entren nuevos aires y refresquen los espacios es un proceso de cuidados. Aquí, una serie de consejos y ejemplos de varias transformaciones [P]