¿Hay exceso de semáforos en Medellín?
“No. En Medellín el 70 por ciento de las personas camina y monta en bus y la ciudad ha cambiado: pasó de 500 mil vehículos en 2005 a un millón en la actualidad. Hay densificación del parque automotor, especialmente de motos, y por ello mayor riesgo en las vías.
Muchas de las semaforizaciones que hemos hecho han sido por fallos del Consejo de Estado, porque la misma comunidad se queja porque no puede pasar la calle.
Las ciudades son esencialmente para los humanos y los humanos caminamos. No se puede ver la ciudad solo desde el punto de vista del vehículo particular porque sería una ciudad muy indolente.
La directriz de la Organización Mundial de la Salud es que en todo el planeta busquemos el tránsito calmado: no es andar a 10 kilómetros por hora sino controlar velocidades, con pasos seguros para peatones. Esto se logra esencialmente con semaforización.
El 70 por ciento de semáforos nuevos fue solicitado por la comunidad. El Consejo de Estado falló a su favor y tenemos que acatarlo. Yo celebro eso porque así la gente puede caminar en la ciudad.
Las mejores ciudades del mundo son las que tienen grandes zonas para caminar y elementos para cuidar a personas en las vías. Además porque se bajan la polución y la tasa de accidentalidad.
Todos somos peatones. Cuando te bajas de un vehículo y debes ir a otra parte, tienes que pasar la vía. Ahí es cuando uno ve la necesidad de controlar velocidad.
Esta tendencia no nos la inventamos aquí. En el mundo lo que se está buscando es transportes masivos, andenes, ciclorrutas y velocidades bajas en las ciudades”.
¿Existe alguna proporción ideal entre número de habitantes y semáforos de una ciudad?
“No. En la ciudad tenemos cruces semaforizados buscando la seguridad de todos. Ha habido mala prensa en contra de los semáforos.
A los humanos nos encanta la velocidad pero, por mucho que usted corra, no va a ganar más de cinco o diez minutos en Medellín, por las distancias que se recorren, geometría de las vías, intercambios viales y semaforización”.
¿Qué responde frente a las críticas por semáforos en glorietas y junto a puentes peatonales?
“Las glorietas funcionan muy bien cuando el flujo vehicular es bajo porque hay un mezclamiento natural y los vehículos no paran. Pero como ahora hay muchos vehículos, las glorietas se convirtieron en un cruce y la mejor forma de manejar un cruce es con la semaforización.
Otra cosa es hacer un intercambio vial, pero ¿cómo hacer un intercambio en la 80 con la 33? Cuesta miles de millones de pesos y no hay con qué.
También hay que buscar la economía y se incentiva que la gente camine. En la 80 con la 33 la comunidad pidió semáforos para poder pasar.
En la glorieta del Ferrocarril, zona de alta accidentalidad, la semaforización permitió que peatones y vehículos pudieran pasar. Mucha gente ni iba porque eran muy difíciles el ingreso y la salida.
En cuanto a los puentes peatonales, estos benefician al vehículo particular porque no lo hacen parar. Los semáforos que están junto a puentes peatonales también obedecen a fallos del Consejo de Estado, ante acciones de tutela de personas discapacitadas que necesitan cruzar.
Estos semáforos funcionarán con una tarjeta con la que la persona discapacitada los activará, pasará la calle y se desactivarán hasta que llegue otra persona discapacitada. Ejemplo, en la avenida Las Vegas, cerca del Inem.
¿Por qué no se hace una rampa? Porque en algunas calles de Medellín no hay dónde hacerla”.
¿Han detectado semáforos inútiles que deban quitar?
“No hay semáforos inútiles. Sí hay algunos que requieren una reprogramación y eso lo estamos haciendo con el Sistema inteligente de movilidad, pero es complejo. Por ejemplo estamos trabajando en la avenida El Poblado y es difícil porque en El Poblado y Laureles Estadio se concentra el 70 por ciento de los vehículos de la ciudad”.
¿El número de semáforos de Medellín es estable o tiende a aumentar?
“Depende de la dinámica de crecimiento de la ciudad. Vías nuevas generalmente necesitan semaforización para que las personas pasen; lo mismo las estaciones de metroplús, y con el tranvía también aparecerán nuevos semáforos para darle prioridad al transporte masivo. Esto también cambiará con la nueva infraestructura, como residencias y colegios, por ejemplo”.
Además de semáforos, ¿qué opciones hay para regular el tránsito?
“En control, señalización, semaforización, agentes de tránsito y elementos tecnológicos. Y en infraestructura, nuevas vías, deprimidos, pero eso vale mucho dinero”.