Encontrar el punto exacto en el tiempo para dedicarle al trabajo y a los hijos, de una manera en que nadie ni nada se afecte, es una cosa que puede resultar difícil.
Las horas laborales cada vez pareciesen más extensas, lo que es inversamente proporcional al tiempo para los hijos. El desayuno o las horas de la noche se convierten en los únicos momentos para compartir o enseñar.
El hecho es que si bien la prioridad son los hijos, y para ellos se quiere lo mejor, el trabajo es un medio para lograrlo y se vuelve, por tanto, inexorable.
"Hay un cambio drástico cuando la mujer empieza a trabajar. Incluso se empieza a crear un sentimiento de culpa", explica el psicólogo Pablo Andrés Zapata.
Y en esas cosas de la culpa, los padres buscan salidas para remediar y aunque, señala Zapata, la intención es buena, en muchas ocasiones no se comparte ni se ayuda, sino que se invaden los espacios. De esta manera, ellos resultan haciendo las tareas y repitiendo los años de escuela, compensando el poco tiempo con objetos y dinero, o los hijos teniendo una agenda llena de actividades extra clases.
¿Cómo alargar el tiempo?
Sandra es la mamá de Samuel. Ella es comunicadora social y este año empezó a trabajar como encargada de Zara. Las cosas cambiaron debido a que ya "hay poquito tiempo". Sin embargo, cree en la calidad, más que en la cantidad, y además, en el papel que juegan el papá e incluso, las abuelas.
Lo más difícil que le parece es cuando su hijo se enferma o cuando hay que cambiarle actividades porque no hay quién lo acompañe. No obstante, hay cosas interesantes. "A veces como padre uno se vuelve sobreprotector. Samuel no hacía la tarea si yo no estaba al lado de él. Ahora, es más independiente". Eso sí, aclara esta mamá, también hay que aprender a mediar. Los niños, por ejemplo, tienen amigos con los que quieren jugar.
Y si bien para ser papás no hay reglas, ni un texto que explique cómo ser mejores padres, sí hay consejos que se pueden seguir.
A los hijos hay que acompañarlos. El hecho es que sepan que no están solos y tienen alguien en quien confiar y apoyarse. "En las tareas decir: Juan, si tienes alguna duda la podemos revisar juntos y no, ven hagamoslo", indica el psicólogo.
También es importante disfrutar del ocio. El trabajo de los hijos es el estudio, por tanto, una vida a doble jornada laboral puede ser contraproducente.
Sí, hay que trabajar, pero se debe comprender que, y en eso hace énfasis Pablo Andrés Zapata, "los hijos no son un trabajo más". El punto de equilibrio empieza a lograrse desde los padres como individuos, capaces de dedicarse tiempo a sí mismos.
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