Como un llamado a la conciencia, al no olvido y a la exaltación de los secuestrados, y en especial a los trece policías que permanecen en cautiverio en las selvas colombianas, repicaron ayer las campanas de los principales templos y catedrales del país.
El repicar fue un acto simbólico de rechazo al secuestro y como la demostración de que la Policía Nacional, y en general el país, no olvidan a quienes siguen alejados de sus familias por la acción de las Farc y el Eln.
Emperatriz de Guevara, madre del mayor Julián Guevara, muerto en cautiverio, manifestó que este "acto es una forma de recordar a los que murieron y a los que quedaron allá. Es como una acción de gracias porque sabemos que volverán".
El acto central fue la celebración de una eucaristía en la Catedral Primada de Bogotá y contó con la participación del director de la Policía, general Óscar Naranjo, y el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, además, los familiares de los secuestrados.
En este templo redoblaron las campanas en honor del coronel Édgar Yesid Duarte Valero, el mayor Guillermo Javier Solórzano, el mayor Elkin Hernández Rivas, el sargento primero Luis Alberto Erazo Maya, los sargentos primero César Augusto Lasso Monsalve y José Libardo Forero Carrero, los intendentes jefes Luis Hernando Peña Bonilla, Jorge Humberto Romero Romero, Wilson Rojas Medina, Carlos José Duarte Rojas, Jorge Trujillo Solarte y Álvaro Moreno y el Agente Roberth Guáquez Nupan.
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