Los usuarios de los taxis somos víctimas de algunos conductores, pues por fortuna no son todos. Para ilustrar lo anterior expongo lo que me ocurrió en la tarde de uno de estos días: Tomé uno de los taxis pequeños, en aparente buen estado. Lo abordé con mi esposa en el parque de Itagüí. Al pasar por la Regional observé que el taxímetro "volaba", con decirle que iba mucho más rápido que el vehículo. Efectivamente, al llegar a la estación La Aguacatala, del Metro, marcó 9 mil pesos. Tres mil pesos más de lo usual. Es decir el 50 por ciento más de lo que diariamente pago por esta misma carrera.
Al reclamarle al conductor, me responde: Haga usted lo que quiera, pero me paga. Obviamente dicho con otras palabras que no me atrevo a reproducir para un medio de comunicación masiva. Puse en conocimiento del Tránsito de Itagüí esta anomalía, con el deseo de que a otros pasajeros no los "desplumen" en esta época navideña y que las autoridades controlen periódicamente los "taxímetros voladores".
*Carta a la Redacción
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